La Rambla, símbolo de diversidad, aspira a ser patrimonio inmaterial de la humanidad

CATALINA GAYÀ / MÒNICA TUDELA / BARCELONA

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Todo lo que entra en Barcelona --sea moda o maldad-- lo hace por la Rambla. Este bulevar es la calle más democrática de la ciudad. En solo 1.200 metros conviven pobres, ricos, ladronzuelos, borrachos, turistas, barceloneses, punks, indigentes, más turistas, trileros, esnobs, prostitutas, okupas, jubilados, floristas... Todos se observan disimuladamente --saben de sobra que el otro también está ahí-- y se rozan de manera inevitable porque en este paseo, en el que donde caben tres hay seis, el codazo no distingue de clases sociales, idiomas o ideologías.

La Rambla lleva cinco siglos siendo la columna vertebral de Barcelona. Quizá esta sea la única descripción no caduca de un bulevar que cambia según lo que pasa en la ciudad. La Rambla renace según las horas o el clima, muda según los días y se reorganiza --casi se diría que se autogestiona-- según la década. De río --fue una riera que desembocaba en el mar-- se convirtió en paseo y en el siglo XX, en riada humana.

La Asociación de Amics, Veïns i Comerciants de la Rambla acaba de presentar la candidatura para que la UNESCO declare el paseo Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. El argumento es claro."La Rambla debería ser nominada por su singularidad y excepcionalidad. Además, a cada paso que das hay vestigios de historia y lugares donde se desarrolla la cultura, el Liceu, el popular mercado de La Boqueria, las floristas, las tiendas de animales, las estatuas, los quiosqueros. Encontrar todo esto junto en 1,2 kilómetros no es fácil",explica Dolors Álvarez, gerente de la asociación que promueve la candidatura."Mucha gente, cuando le contamos la propuesta, nos pregunta si de hecho la Rambla no es ya patrimonio de la humanidad. Y no, no lo es",precisa.

Lo cierto es que esta propuesta ha desatado el debate sobre si la Rambla es unpostaleroturístico más de la ciudad o el paseo ciudadano de toda la vida. En Amics, Veïns i Comerciants lo tienen claro:"A veces se dice que la Rambla la usan en exceso los turistas, pero eso es consecuencia de la promoción general que se ha hecho de Barcelona. La Rambla sin turistas es como un jardín sin flores. No molesta el turista, sino el incivismo de algunos de ellos".

La iniciativa nació de la mano de Manel Ripoll, 73 años, ramblista de honor, de cuna y de profesión y presidente del Mercado de La Boqueria. Ripoll tiene claro que si la Rambla pasa a formar parte del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, habrá la obligación de preservarla:"Me da miedo que la estropeen, que la desvirtúen. La Rambla es alegría. El Barça viene aquí para celebrar las copas, los sindicatos se manifiestan aquí, Sant Jordi se celebra aquí, pero también han surgido problemas como la inseguridad que la estropean".Ripoll está en lo cierto. Aunque formar parte del patrimonio inmaterial puede parecer solo un reconocimiento y una atracción turística más, también implica obligaciones."La nominación supone atraer turismo, pero también la protección por parte del organismo gestor que la candidatura establezca. Estar en la lista es solo la parte visible",explica Lluís García, encargado del área de Patrimonio de la Unesco en Catalunya.

Turistas, ruido y algún que otro tirón de bolso no le faltan al paseo

Con tan solo una ojeada a la Rambla, el paseante se da cuenta de que turistas, ruido y algún que otro tirón de bolso no le faltan al paseo. Un grupo de 10 alemanes rodea a un duende-estatua frente al Teatre Poliorama. El corrillo estorba el paso a unos 20 ingleses que, guía al frente, miran asombrados las pajarerías y a las otras cinco estatuas (mujer retrato de época, caballo alado, hombre con bicicleta, ángel, mujer pensativa). A unos metros, un trilero tima a una turista italiana que, hipnotizada, no deja de mirar la bolita mientras un quiosquero aspavienta y se queja:"Claro que no se han ido".La única barcelonesa de la escena se coloca la bolsa al frente, protegiéndola, y recoge sin mirar el papel que le ofrece un muchacho."Típica cocina pakistaní e india",se lee en el folleto. Por supuesto, no falta un ciclista esquivando milagrosamente a los turistas. Es mediodía, pero esta misma imagen se repite a lo largo de todo el día. Si le toca el desembarco de algún crucero --en el 2006 llegaron 1.400.000 cruceristas y este año se espera que la cifra aumente hasta los 1.800.000--, el atasco ramblero puede ser monumental.

La vocal de floristas de la Rambla, Carme Romero, tiene claro que la candidatura debe devolver la Rambla a los barceloneses:"Queremos que venga más gente de Barcelona y creemos que si se le da esta categoría la gente de aquí volverá a la Rambla. Actualmente a la gente le es incómodo pasear".Una opinión que comparte Maria Liso, vecina de la plaza del Pi."Lo que se está haciendo en la Rambla es expulsar a la gente de Barcelona. Solo hay turistas. No hay espacio para pasear tranquilamente y cada vez está más sucia. Yo vivo cerca pero nunca acabo paseando por la Rambla. Opto por las calles adyacentes",aclara.

Se calcula que 14.000 personas caminan cada día por la Rambla

En el 2006, más de seis millones de turistas visitaron Barcelona. La mayoría de ellos, por no decir casi todos,ramblearon. Se calcula que unas 14.000 personas caminan cada día por este paseo. Barcelona es, según la British Travel Awards 2006, la mejor ciudad para hacer una escapada de fin de semana.

Pese a que la Rambla es el paseo más internacional y cosmopolita de la ciudad, no lo tendrá fácil para hacerse con el título antes del 2010, año en que la Associació d'Amics, Veïns i Comerciants cumple cinco décadas y que se ha marcado como fecha emblemática para conseguir la categoría.

En España solo el Misterio de Elche y la Patum de Berga tienen la distinción

La distinción de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad fue creada por la Unesco en 1997 y pretende reconocer expresiones culturales y lugares con una tradición viva. Desde ese año ha habido tres convocatorias (en el 2001, el 2003 y el 2005) que han permitido otorgar la categoría de obras maestras a un total de 94 lugares o manifestaciones culturales. Así, por citar solo unos ejemplos, forman parte del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad la plaza de Jemaa el-Fna, en Marraquech; el teatro de marionetas siciliano; el canto polifónico georgiano; la festividad del día de todos los muertos, en México; los dibujos en la arena, en Vanuatu; la música duduk, de Armenia, o el teatro kabuki japonés. En España, solo tienen la distinción el misterio de Elche y la fiesta de la Patum de Berga.

Hasta la pasada convocatoria, toda manifestación cultural que optara a ser patrimonio de la humanidad tenía que cumplir con seis requisitos, entre los que destacan demostrar su valía como obra maestra del genio creativo humano, dar evidencia de su arraigo en la comunidad y ayudar a reafirmar la identidad cultural del pueblo o comunidad donde se inserta.

Actualmente, en cambio, la Unesco trabaja en la creación de una convención que equipare el patrimonio inmaterial con el universal. Esta convención incluirá nuevos requisitos, por lo que la candidatura de la Rambla, si llega a presentarse, tendrá que cumplir con unos puntos que aún no están definidos."Se espera que a finales de este año los criterios ya se hayan concretado. Creemos que de manera automática, las obras maestras pasarán a esta categoría",explica Lluís García, de la Unesco en Catalunya.

La iniciativa de la Associació d'Amics, Veïns i Comerciants de la Rambla tiene aún que pasar por varias fases. Cuenta ya con el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona, pero ahora hace falta el apoyo de la Generalitat y esta debe conseguir eldel Gobierno central, que es quien debe presentar una sola candidatura de entre todas las recibidas a la sede de la Unesco en París. Solo en Catalunya, la Rambla competirá con otras manifestaciones culturales como son loscastellerso la dieta mediterránea, según explica Lluís García.

Las estatuas humanas tienen partidarios pero también detractores

Además, para cumplir los requisitos de la Unesco hacen falta unos estándares de calidad y servicio que después la Rambla deberá mantener. Independientemente de la nominación, ya hace algunos meses que en la Rambla se han emprendido una serie de actuaciones para mejorar el paseo. Entre las acciones está la reciente reparación del mosaico de Miró, en el tramo central del paseo, la unificación del pavimento y del mobiliario de las terrazas de los bares, la regulación de las estatuas humanas y de las tiendas de animales del tramo más cercano a la plaza de Catalunya y la regulación del tráfico en sentido ascendente hacia plaza de Catalunya a ciertas horas del día para evitar los embotellamientos de vehículos y de autocares en la vía.

A principios de este año, por ejemplo, entró en vigor una norma para regular el espacio que ocupan las estatuas humanas en la calle. Las figuras, así, no pueden llevar máscaras, no deben usar música o animales, no pueden recurrir a expresiones violentas ni exigir retribución y el vestuario y el maquillaje deben ser de fabricación propia.

Además, deben ubicarse en los tramos especificados para ello y no pueden ocupar un espacio de más de un metro por un metro y medio. La nueva norma tiene la finalidad de mejorar el flujo de peatones en el bulevar y evitar las aglomeraciones que normalmente se crean alrededor de las estatuas, algo que también les gustaría a las propias figuras."Tendría que haber más tolerancia ante una manifestación artística que es típica de la Rambla,comenta Liliana, laestatuade una mujer-retrato de época, de 1870, ubicada delante del Teatre Poliorama."Sufrimos demasiado acoso de la autoridad y, además, unas estatuas están muy cercanas a las otras. No podemos trabajar cómodamente",se queja. Liliana llega a la Rambla a 7.30 y se instala en su metro y medio. Una flecha amarilla señala el espacio que debe ocupar. Faltan más de tres horas para que empiece el movimiento de turistas, pero así se asegura de que ese día tendrá un lugar en el que trabajar.

Las estatuas, que incluso tienen un apartado especial en algunas guías turísticas (comoThe Rough Guide, por ejemplo), no cuentan con un grado unánime de aceptación. Fascinan a los turistas, que se agolpan ante ellas para tomarles fotos, eso es cierto, pero para muchos locales son una manera más de ganar dinero."Hay demasiado negocio con las estatuas humanas. Lo que falta es gente divertida y espontánea",dice Carme Romero, vocal de las floristas de la Rambla."Las estatuas son parte de la especificidad de la Rambla, pero en los últimos dos años se han masificado y creemos que no son arte, son mendicidad encubierta",afirma Dolors Álvarez, de Amics, Veïns i Comerciants de la Rambla.

En el 2008 las terrazas tendrán un mobiliario con diseño y color uniformes

Otro cambio que sufrirá pronto la Rambla será la supresión de parte de los puestos de venta de animales. Actualmente hay 11 pero el Ayuntamiento se ha mostrado favorable a la eliminación de este tipo de tiendas alegando que van en contra de la ordenanza de tenencia, venta y protección de animales. Así que finalmente quedarán entre 3 y 6 paradas de venta de animales y el resto se reconvertirán en puestos de venta de otros productos o bien se eliminarán.

Aunque quizá la transformación más vistosa que sufrirá el paseo será la que se produzca en el 2008, fecha en la que los locales con terraza de la Rambla contarán con un mobiliario uniforme, con el mismo diseño y el mismo color.

El problema de la inseguridad juega en contra

El talón de Aquiles de la Rambla es, de momento, la inseguridad. En el 2006, se llegaron a denunciar 15 robos al día en el paseo y no es extraño ver carreras entre turistas y ladronzuelos, que se pierden por las callejuelas del Raval con cámaras, carteras y móviles ajenos. A la inseguridad, se suman los desorbitados precios de los bares y las terrazas --muchos no especifican el precio de los productos en los carteles-- y el continuo abrir de tiendas de suvenirs con todo tipo de vestidos andaluces, camisetas del Barça, sombreros mexicanos y toros. Algunas de estas tiendas de regalos para turistas, de hecho, se han instalado en el lugar que ocupaban comercios tradicionales de ropa y géneros de punto, cuya estructura, puertas y escaparates originales siguen conservando. El contraste es evidente.

Por supuesto, la inseguridad también es un tema que recogen las guías turísticas."Las tiendas de suvenires, los carteristas y las crecientes riadas de turistas han espantado a la mayoría de los locales, que acostumbraban a venir aquí a jugar al ajedrez o a mantener debates políticos",diceTime Out Barcelona. Y añade:"Esté al tanto de que los carteristas no son los únicos ladrones que operan aquí. A no ser que sea feliz pagando 15 euros por un vaso de Coca Cola aguada, debe evitar las terrazas de bares y restaurantes en la Rambla"."También tenga en cuenta que mientras la plaza Reial tiene una excelente vida nocturna, es un punto favorito para los turistas y atrae prácticas como el tráfico de drogas, los carteristas y la prostitución. Mientras esas actividades existen en el área (verás docenas de prostitutas en la Rambla), no son tan comunes como los rumores quieren que se crea",dice la guíaLet's go.

La noche de la Rambla poco se asemeja a la descripción en papel que haceLonely Planet:"Un paseo abarrotado todos los días hasta altas horas de la madrugada por una representativa muestra de barceloneses y forasteros".

Es medianoche. Ya no hay ni estatuas ni floristas y las tiendas de animales han puesto el candado. Un grupo de inglesas celebran la despedida de soltera de una de ellas, se supone que la que lleva un falo rosado en la cabeza. Regatean, a gritos, el precio de unas latas de cerveza. La policía se acerca y el vendedor, en un pispás, esconde la mercancía en una alcantarilla de la misma Rambla. Las inglesas ni se dan cuenta. Visto y no visto. Aquí no ha pasado nada. Todo ocurre frente al teatro Poliorama, donde al mediodía el duende hacía las delicias de los alemanes.

Esta es noche de Champions y los hinchas del Chelsea, abatidos, toman el paseo. Borrachos, se empujan, gritan, cantan. Cerca del Teatre Principal, unas prostitutas esperan la llegada de las hordas e increpan a los paseantes."Todo ha cambiado. Estas chicas no saben nada de la profesión, tocan a la gente, los buscan",dice una mujer que lleva ya muchos décadas haciendo esquina. La Rambla ahora es otra, nada que ver con la de la mañana, la de la tarde, la del mediodía. Un turista, gorro de mariachi mexicano, orina cerca del Hotel Oriente. Nadie, ni siquiera los que pasan a su lado, le dice nada. A solo unos metros del individuo, una placa recuerda que, en 1862, Hans Christien Andersen fue testigo de la inundación de Barcelona desde el Oriente. La imagen es dantesca.

Esta Rambla cutre también existe y es la que ensombrece el primer impulso verbal, el que incita a cualquier barcelonés a decir que todo el mundo quiere la Rambla."Su valor más importante es la diversidad, y cada vez se ve más turismo. Pero lo peor es que el que hay cada vez es menos selecto",explica Guillem Fuster, uno de los pintores que lleva en el paseo desde 1992. Está claro que este bulevar, como buena columna vertebral de la ciudad, también provoca dolor de espalda.

Los vecinos la esquivan por los turistas y se quejan del ruido aunque están orgullosos de tenerla cerca; las floristas dicen que sobran los trileros y que los turistas cada vez tienen menos educación; las estatuas se quejan de la normativa y de que los turistas los traten con desprecio; los barceloneses esquivan turistas, preguntas y codazos; y los turistas alelados sonríen."He viajado por decenas de países y no he encontrado ninguna otra calle tan fascinante y llena de vida como está. Siempre está en ebullición. Creo que se merece ese premio y cualquier otro que puedan darle",comenta Rick Wagner, un australiano que luce moreno impresionante y viaja con una gran mochila a la espalda."A mí la calle me gusta, pero realmente me da igual si le dan el premio o no. Si ya está llena de gente sin premio ni mención honorífica..., ¿para qué quieren el premio?",se pregunta extrañada Cindy Clark, una turista inglesa que ha venido a Barcelona a pasar tres días con unas amigas.

A pesar de todo, la Rambla es un referente inevitable para la ciudad y genera admiración y adicción en otras partes del mundo. Una iniciativa curiosa, y muy lucrativa, es la que ha puesto en marcha el actor George Clooney, que está construyendo un hotel-casino en Las Vegas (Estados Unidos) que se llamará Las Ramblas y, que tendrá en su interior una réplica --arbolado incluido-- del paseo barcelonés. Ciudades como Cattolica (Italia) y Atlanta (Estados Unidos) también han mostrado su interés por hacer réplicas de la Rambla en su territorio.

Imitaciones aparte, la vida en la Rambla, en la real, es un no parar. Sea como sea, como resumeGuides Voir, de Hachette,"la Rambla está animada a toda hora del día y de la noche".Un gallo canta a las siete de la mañana dentro de una caseta cerrada. Es la señal universal y bucólica de que un nuevo día empieza. En la Rambla, el amanecer se confunde con la noche. Los operarios de BCN Neta ya han pasado tres veces por el paseo; los quioscos no han cerrado; los trasnochados se despiden y llegan los rambleros de la mañana.