La pasión africana de Corinne Hofmann
'La masai blanca' relata la historia real de una suiza que se enamoró de un guerrero
La masai blancarelata la historia real de la escritora suiza Corinne Hofmann, que en un viaje por los valles de Kenia se enamoró de un guerrero samburu con solo mirarle a los ojos. Lo dejó todo, empezando por su novio, que no daba crédito cuando ella le dijo ese día de 1986 que no subiría al avión de vuelta. Jürgen Tröster, el productor berlinés de laoscarizadapelículaEn un lugar de África, intuyó un gran relato fílmico en la novela autobiográfica de Hofmann, un inesperadobest-selleren Alemania.
Tröster, que ya hace 15 años que es vecino de Barcelona, se entusiasmó tanto ante la perspectiva de emprender un nuevo rodaje en tierras africanas que renunció a ser el productor ejecutivo deEl perfume. Eso que fue él quien convenció a los productores alemanes de que Barcelona, en términos arquitectónicos, era la ciudad que más se acercaba a la idea que tenían del París del siglo XVIII que recrea Patrick Süskind en su novela.
ConLa masai blanca, el productor optó por un viaje a otra época pero sin necesidad de decorados."Los samburu(un pueblo hermano de los masais)todavía habitan en la edad media. Su manera de vivir, de comer y de vestir no ha cambiado en más de mil años. No tienen ni electricidad ni agua corriente".
Justo ese choque de culturas, conocer cómo fue posible ese flechazo entre una muchacha suiza y el guerrero de una tribu, le llevó a vivir unos meses en Ngelai, una de las zonas más recónditas de Kenia."Para trasladar todo el material de rodaje, tuvimos que construir 60 kilómetros de carretera. Gracias a eso, el pueblo donde vivió Corinne Hofmann ahora acoge el mercado más visitado de la región",cuenta Tröster, a quien los jefes de varias tribus han coronado samburu de honor.
Pero no le han elegido por la película, ni por la fundación (samburukids.org) que ha creado para proporcionar educación a niños y niñas masais, sino por lo alto que salta."De ahí surge el respeto".Asegura que su 1,95 de altura tampoco tiene nada que ver."Puedes conseguir elevarte muy alto siendo bajo".
Tröster creó Samburu Kids porque está convencido de que la única manera de ayudar a que estas tribus salgan de la miseria es facilitando la escolarización de sus hijos."Los padres sacan a los niños del colegio para que cuiden a las cabras".De momento, la fundación tiene bajo su amparo a 7 niñas y a 6 niños. Todos cumplen los mismos requisitos:"Muestran interés por los estudios, no tienen dinero y provienen de familias que atraviesan graves problemas".El sida irrumpe cada día con más fuerza. Solo dos de estos pequeños tienen al padre y a la madre vivos."Pero es muy importante no alejarlos de su entorno, que no pierdan el contacto con su cultura".
Al igual queEn un lugar de África,La masai blancatiene detrás de la cámara a una realizadora alemana. Caroline Link dirigió la cinta que hace tres años logró el Oscar a la mejor película extranjera, y Hermine Huntgeburth, la historia de Corinne Hofmann, que llega a las salas el 12 de enero precedida de un enorme éxito de taquilla en Alemania.
Hofmann y Tröster quisieron que la película tirara una lanza contra la ablación del clítoris que sufren las masais."En Kenia está prohibida, pero todavía hay recelo por parte de la población",lamenta un productor que ya prepara su tercer rodaje en África. Esta vez el tema es aún más duro: los niños soldados.
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