00.01 del 31 de agosto, la hora en que se descubren las mentiras de Laporta

Dos segundos después de que Javier Milei se convirtiese en presidente de la Nación Argentina, adquirí el vicio, porque no se puede llamar de otra manera, de leer todo lo que caía en mis manos y ante mis ojos de semejante personaje, con el permiso (y complicidad) del gran Abel Gilbert, mi amigo y nuestro hombre en Buenos Aires. Lo sé todo sobre los cuatro mastines ingleses (vivos), Murray, Robert, Milton y Lucas, e intuyo las conversaciones que tiene con Conan, el quinto sabueso, que falleció hace ya ocho años.

Esta curiosidad, que les recomiendo porque se enterarán de cosas, discursos, actitudes, frases, decisiones esperpénticas, me lleva, diariamente, a consultar digitales como Clarín y La Nación aunque, últimamente, me he decantado por Perfil. Y fue, en Perfil, donde, el otro día, encontré un texto delicioso del sociólogo y analista político Eduardo Fidanza, titulado ‘Un circo sin pan’, cuyo segundo párrafo paso a detallarles y espero que, al leerlo, piensen lo mismo que pensé yo, espectador atónito del ‘plan Barça’ de Joan Laporta y sus familiares.

Fidanza citaba un párrafo de ‘La esencia del cristianismo’, del filósofo alemán Ludwig Feuerbach, que dice así: “Nuestro tiempo prefiere la imagen a la cosa, la copia al original, la representación a la realidad, la apariencia al ser… lo que es ‘sagrado’ para él no es sino la ilusión, pero lo que es profano es la verdad. Mejor aún: lo sagrado aumenta a sus ojos a medida que disminuye la verdad y crece la ilusión, hasta el punto de que el colmo de la ilusión es también para él el colmo de lo sagrado”.

Demasidas mentiras

Son las 00.01 del 31 de agosto de 2024, el día, la hora, el minuto de la mentira. El minuto, espero, en el que una docena, o más, muchos más, de mis colegas, los hay hasta de altísimo nivel, tomen la decisión, aunque les cueste alguna que otra amistad, de dejar de creerse (de por vida) a todos los que les dijeron, empezando por Laporta, que iba a cerrar las cuentas, alcanzar el ‘fair play’, lograr el 1x1 y, por descontado, fichar a Nico Williams. Perdón, más de un amigo publicó que Nico ya había firmado, tras un supuesto OK en una supuesta reunión en Zaragoza.

No tengo la menor duda que dentro de unas horas o días, Laporta volverá a aparecer en su emisora preferida para defenderse y hasta asegurar que él nunca mintió. Como dicen mis colegas italianos cuando lanzan un notición (sin confirmar del todo), “se non è vero, è ben trovato”. Es decir, no es cierto (del todo), pero se acerca, suena bien.

Es ahora, a las 00.01 del día siguiente que se cumplen todas las mentiras, cuando recuerdo la intervención, que simuló ser improvisada, de Laporta en el debut de Francesc Garriga en el matinal de Catalunya Radio, del pasado 8 de julio. Fue allí donde el presidente dijo “en breve anunciaremos el cierre de una serie de operaciones que nos permitirán regresar a la normalidad del ‘fair-play’ financiero, después de tres años de travesía”. Y donde, por descontado, añadió: “Podemos hacer frente a un fichaje como el de Nico Williams, por supuesto”.

No solo lo afirmó el presidente, que es el único que tiene el club en su cabeza y sabe cómo dirigir el Barça. No, no, varios miembros de su camarote se han pasado el verano filtrando operaciones económicas y deportivas, que buena parte de la prensa (culé) se ha tragado y publicado.

Es más, cuando a uno de esos periodistas top, repito, top, le cuestioné que Nico Williams fichara por el Barça, pues “ni siquiera han podido inscribir a Olmo, han tenido que regalar a Gündogan y me estás diciendo que van a fichar a Nico”, me dijo: “Todo viene de una fuente que ¡jamás! nos ha engañado”. Pues, adiós a la fuente, amigo. Ya te ha engañado.

Es evidente que todos tenemos que vivir de algo, sea vender periódicos o conseguir miles de clics en nuestras webs. Vale. Pero de ahí a creerse a pies juntillas a semejantes impostores y gentes que no paran de mentirnos para ilusionar al ‘soci’ o para que el ‘soci’ no mire las cuentas, no sepa lo que está pasando y el camino hacia el precipicio al que parece abocado el club de sus amores (y propiedad), hay un abismo, especialmente profesional y deontológico.

No solo dijeron que tenían nuevos patrocinadores. No solo han seguido ocultando el nuevo acuerdo y venta de acciones de Barça Vision, Barça Studios, Bridgegurg Invest o como se llame eso (¡tan difícil es ponerle un nombre catalán!), no solo nos han engañado con Nike, a quien vilipendiaron, maltrataron y por eso aún les están esperando, sino que dijeron que seguirían los Joao (hay un video de Laporta esperpéntico al respecto) y vendrían Nico, Silva y Kimminch (cada verano traen a los dos), Coman, Kanté, Onana, Merino, Mastantuono, Díaz, Leao, Tah, Bajcetic, Rabiot, Frimpong, Zubimendi, Kanté….¡qué sé yo!

“En breve anunciaremos el cierre de una serie de operaciones que nos permitirán regresar a la normalidad del ‘fair-play’ financiero, después de tres años de travesía. Y, sí, estamos listos para hacer frente a un fichaje como el de Nico Williams, por supuesto”

Joan Laporta

— Presidente del FCBarcelona

Como nunca han tenido dinero (recuerden que tomaron posesión con el dinero de otros amigos, algunos de los cuales aún esperan que le den las gracias), la falacia de solucionar las cosas con un aval de Laporta y sus directivos sigue sonando a broma. Así que, mejor quedarnos como estamos, ir a la emisora amiga y decir que Nico Williams no ha querido venir, que Gündogan pidió salir y que todo lo demás ha sido pura invención de la prensa.

Pues eso, 00.01 del 31 de agosto, pérdida total de la escasísima credibilidad que les quedaba, cuentas de la pasada temporada por cerrar, auditores sospechosos revisando (¿cuestionando?, no creo, no creo) las martingalas que le propone el club, periodistas desencantados y señalados por haberse creído y publicitado tantas mentiras, LaLiga sin conceder el ‘fair play' financiero (aún queriendo), Gündogan regalado, Nico sigue siendo un león, Olmo goleando gracias a la lesión de un Christensen mosqueado, todos los candidatos aireados en otros equipos y Hansi Flick tragando con lo que tiene (el “esto es lo que hay”, de Koeman y Xavi), sin extremo izquierdo, lateral derecho ni centrocampista recuperador.

Lo escrito: un circo sin pan. “Nuestro tiempo prefiere la imagen a la cosa, la copia al original, la representación a la realidad, la apariencia al ser…”

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