Andà p'allá, bobo

La portera de Núñez lo haría mejor que Laporta y Deco

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas / ·

Emilio Pérez de Rozas

Emilio Pérez de Rozas

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Sigo en mis trece: esto del Barça ni preocupa ni interesa a nadie. De lo contrario, habría cientos de socios protestando a las puertas de ¿Montjuïc? ¿la obras del Spotify Camp Nou? ¿La Masía? ¿el ático de Joan Laporta? ¿el piso de Deco? ¿la casa de Rafa Yuste? O, tal vez, esperando a Enric Masip, a las puertas del Arsenal de la calle Pomaret, antes de que juegue su (casi) diario partido de pádel. Y no hay nadie esperando, ni protestando, ni pidiendo explicaciones de nada.

Lo de este Barça es para ponerlo de ejemplo. De ejemplo de ridículo, de mala gestión, de viva la vida, de tarjeta Visa por todo lo alto, de gobernanza de país tercermundista, de burla, de risa, de cómo se puede utilizar el nombre, el prestigio, la fama, la popularidad, la gloria (pasada) y el dinero de un club prestigioso para vivir una vida a cuerpo de rey, de Instagram, de lujo, de Via Veneto y Botafumeiro, de Las Vegas. Bueno, ya lo dijeron: “Los mejores años de nuestras vidas”. Eso es para lo que sirve el Barça actual.

Todo sigue igual

Estamos a 21 de agosto, hace ya dos semanas que ha empezado la temporada y el club ni ha cerrado las cuentas del pasado ejercicio, ni ha presentado la documentación adecuada ante La Liga, ni ha inscrito a los jugadores que ha fichado y/o con los que va a jugar esta temporada, sigue tratando de colocar a los que puede (y alguno más), engañando a todo el que puede, aunque nadie pica y, encima, han decidido regalar a uno de los fichajes más caros de su historia al Betis y entregar al City, con un lacito rojo en la cabeza, a su mejor futbolista de la pasada temporada. Otro que se va sin despedirse. Al menos éste no es un mito, una leyenda.

Ilkay Gundogan

Ilkay Gundogan / THOMAS KIENZLE / AFP

Está pasando todo esto y aquí no estornuda nadie. Repito: el Barça ya no le importa a nadie, de ahí que siga siendo objeto de beneficio y buena vida para Laporta, sus familiares, su cuñado, su familia y sus amigotes. Esto durará lo que dure, pero ellos viven como Dios. Perdón, ya quisiera Dios vivir como viven ellos (¿de qué trabajan?). Y el que trabaja, trabaja peor, mucho peor, que la portera de Josep Lluís Núñez.

El club, ahora que se han ido todos los de Comunicación de vacaciones, no informa de nada. Aunque, eso sí, llama a sus amigos periodistas para que traten de meterle el gol al ‘soci’ de que Gündogan ha pedido irse. ¡Pero qué timo es ese! A Gündogan lo devuelven al City para poder inscribir a Dani Olmo.

Gundogan y su familia saben que en Barcelona, en Castelldefels, en el Mediterráneo se vive mil veces mejor que bajo la lluvia de Manchester. ¿A quién pretenden engañar?. A Vitor Roque lo regalan al Betis para tapar sus vergüenzas. Y, ahora, van en busca de lo que Mateu Alemany llamaba “oportunidades de mercado”. Por cierto, Alemany no quería a Roque; Deco, sí.

Regalan al City, con un lacito rojo en la frente, al mejor futbolista de la pasada temporada para poder inscribie a Olmo y tapan sus vergüenzas cediendo a Vitor Roque al Betis y así deja de hablarse del timo que supuso el fichaje del brasileño

En serio, yo me parto de risa. Y ellos, también. Porque, además, tres años después de la llegada de Laporta, el club, esta directiva, esta dirección deportiva, tras vomitar sobre la herencia del pasado, sigue viviendo de la herencia del pasado. Y de lo que se inventó Xavi Hernández, despedido sin despedida. Todo lo bueno que tiene el Barça, todo, es herencia del pasado, sembrado por anteriores juntas, descubiertos y entrenados por despedidos como Jordi Roura y Aureli Altimira, y educados por Carles Folguera, el director de La Masia, arrinconado primero y despedido después de mala manera.

De ellos, de Laporta, de Yuste, de Echevarría, de Deco, de Masip, de Manana, de Bojan, solo hay deudas, más deudas y, sobre todo, venta de patrimonio a 25 años. Por eso se han traído a un entrenador que estaba en el paro, que lo acepta todo, que no protestará, que no abrirá la boca (ni en inglés) y que hasta admite que regalen a su mejor centrocampista. Lo miren por dónde lo miren, el ridículo es espantoso y el Barça es, en estos momentos (junto al milmillonario Chelsea), el hazmerreir del mundo entero y no solo del mundo futbolístico.

Víctor Roque

Víctor Roque / VÍCTOR SALGADO

El año pasado a estas alturas, sí, sí, el año pasado, es decir, ha pasado todo un año y no ha cambiado absolutamente nada y mucho menos el estilo de gobernanza del Barça, Laporta tuvo que colocar a Eric García en el Girona para poder inscribir, sobre la campana, a Iñigo Martínez y, ahora, hoy, 12 meses después, otro 21 de agosto, regalan al mejor futbolista del 2023-24, para poder inscribir a Dani Olmo.

Si eso no es para partirse de risa y pedir que se vayan, todos, que baje Dios y lo vea.

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