ROBO Y GOL

Relato de los tres goles del Barça al Madrid

 

Pedri festeja el 0-3 al Madrid tras la asistencia de Gavi en la final de la Supercopa de España en Riad.

Pedri festeja el 0-3 al Madrid tras la asistencia de Gavi en la final de la Supercopa de España en Riad. / @rfef

Marcos López

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Pasada la media hora de partido, el Barça plasmó en el marcado el aplastante dominio en el juego que tuvo sobre el Madrid. Era cuestión de tiempo porque los azulgranas, con un planteamiento inteligente basado en los ‘cuatro peloteros’ (Busquets, De Jong, Pedri y Gavi, camuflado de falso extremo izquierdo cuando era, en realidad, un alma libre en ataque) desnudaron al indolente equipo de Ancelotti. Ese gol desencadenó la tormenta en el desierto que permitió a Xavi festejar su primer título como entrenador.

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0-1, roba Busquets, marca Gavi (7 segundos)

Minuto 33. Esa jugada no tenía nada de peligro. El balón estaba en poder del Madrid. Pero el Barça recuperó con esta acción uno de los rasgos más identificativos del modelo que propone Xavi: la presión. Presionó tanto Busquets a Camavinga que le quitó la pelota.

Se la quitó porque el desastroso pase de Rüdiger era una invitación al caos. Pero también había un argumento para ese error debido a la presión que ejerció Dembélé sobre el excentral del Chelsea.

A partir de ese robo, los azulgranas firmaron una breve (solo duró siete segundos), pero hermosa obra colectiva. Dembélé recogió el trabajo sucio de ‘Busi’ y le sirvió el balón a Pedri, quien, al primer toque y en diagonal, conectó con la figura de Lewandowski.

El ‘nueve’ transformado en asistente. Control y pase, también en diagonal, del polaco para que Gavi se transformara en un delantero centro moderno, vertical y punzante. Dos toques -control y disparo- para abatir a Courtois. Y con la pierna izquierda, símbolo de la ductilidad del joven andaluz.

LEWAN

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0-2, roba Dembelé, remata Lewandowski (21 segundos)

Minuto 44. La jugada más larga. Y, al mismo tiempo, más coral. Estaba el Madrid aturdido incapaz de entender Ancelotti el plan de Xavi. No tenía respuestas el desorientado técnico italiano. Menos aún el equipo.

Fluía feliz el balón entre los pies de los azulgranas, que se movían con dinamismo e inteligencia. Ganó Dembélé un balón dividido en el medio campo y eso resultó ser, al final, el prólogo del 2-0 donde se visualizaron las raíces del juego del Barça. Pase y más pase. Y más pase.

El Madrid corría tarde. Tarde y mal. No veía la pelota, que fluía feliz entre los pies azulgranas

Otro error de Camavinga permitió a Dembélé robar plácidamente la pelota. Tres cómodos toques la trasladaron hacia Christensen, quien cambió la orientación del juego hacia Balde.

El Madrid corría, pero llegaba tarde. Ni veía el balón, que volvía a estar en los pies del central danés, antes de que acelerara con el primer toque de Busquets para Frenkie de Jong. Ahí nace otra jugada dentro de la misma jugada. Pero sin la intervención previa de ‘Busi’ nada habría sido lo mismo. El capitán activó el 0-2 burlando con un delicado toque la alocada y desordenada presión de Kroos y Modric, quienes a partir de ese momento se transformaron en simples espectadores.

Frenkie estira su pierna derecha con la energía e inteligencia necesaria para desactivar a Carvajal y Militao. Llegó el ‘momento Gavi’. Si en el 0-1 fue delantero centro, en el 0-2 ejerció de extremo zurdo, maravilloso el control orientado hacia fuera para alejarse de un solitario Rüdiger y el centro, de nuevo, con la izquierda para que Lewandowski marcara uno de los goles más fáciles de su vida. Del robo de Ousmane a la definición de Robert pasaron 21 segundos. Y el Madrid ni vio ni tocó la pelota.

Pedri

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0-3, roba Gavi, sentencia Pedri (10 segundos)

Minuto 69. Un balón dividido en el centro del campo entre Militao y Gavi terminó siendo el origen del 0-3 del Barça en Riad. Aunque Ancelotti, superado por Xavi, ya había levantado la bandera blanca de la rendición cuando un par de minutos ordenó sustituir a Modric, una figura anónima víctima del festival del Barça.

El pequeño pudo con el grande. Gavi le quitó la pelota a un despistado Militao para armar la jugada del tercer tanto azulgrana. El prodigio de Los Palacios, ese pueblo sevillano donde nació la joya de Riad, Lewandowski y Pedri. Tampoco necesitó más para desarmar a un Madrid inerte. 

Se cambiaron entonces los roles para definir el aplastante triunfo con una transición rapidísima. Gavi robó tal si fuera un Gattuso de la vida cualquiera, mientras Lewandowsi se camufló de falso nueve, alejado del área, transformando en un interior con llegada y, sobre todo, extrema inteligencia. Conducía y conducía el balón mientras dos alas juveniles se desplegaban a su alrededor. Un ala andaluza y otra canaria.

El 'nueve' conducía con inteligencia mientras dos alas juveniles volaban a su alrededor antes de encontrarse en el área de un superado Courtois

Robert atraía la atención de la deestructurada defensa blanca donde Carvajal, fuera de foco toda la noche, no aparecía en el plano de televisión. Mientras, Militao y Rüdiger se miraban al polaco. De tanto mirarlo olvidaron los dos centrales del Madrid que la pelota caía en los pies de Gavi, quien, otra vez con la zurda, asistía a su amigo y compiche que aparecía feliz y libremente desde el otro costado. Tan rápido ocurrió todo que coincidieron cinco defensas del Madrid en el área de Courtois y ninguno detectó a Pedri.

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