Laporta somete las palancas a votación de los socios compromisarios

Joan Laporta.

Joan Laporta. / REUTERS / ALBERT GEA

Albert Guasch

Albert Guasch

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

A partir de las 10 de la mañana, 4.451 socios compromisarios están llamados a participar hoy de la Asamblea Ordinaria para aprobar las cuentas de la temporada anterior y el presupuesto de la presente. Como siempre, no se espera que los participantes alcancen el millar. Tampoco se esperan sobresaltos en la cita telemática en las que se someterá a referéndum la venta de activos, esto es, las salvadoras palancas. La opinión pública barcelonista rema en estos momentos a favor de la junta de Joan Laporta y las contrariedades parecen en estos momentos más factibles en el terreno de juego, en particular en Europa, que en el terreno del palco.

Los pocos socios compromisarios que se conecten hoy a sus pantallas para seguir la sesión del Auditori 1899 (por Barça TV o por la web del club) escucharán de Laporta un informe sobre el estado del club que no es envidiable. Como ha venido diciendo Eduard Romeu, el vicepresidente económico, en sus diferentes intervenciones de estos días (menos que en otras ocasiones, prueba de la confianza de la junta de pasar el examen ante los socios), el FC Barcelona padece aún una salud delicada. «Si fuera una empresa, o debería hacer una ampliación de capital, una derrama de los socios o disolverse», dijo esta semana. Si el club sigue vivo y en pie, se subrayará, es gracias a esas palancas que han proporcionado 867 millones. No es lo ideal, no gusta a nadie, dirá el presidente, pero no había otra alternativa.

Las fichas de los capitanes

Con la venta del 10% de los derechos de televisión se salvó la papeleta del ejercicio 21-22 (en cuanto los compromisarios le den el visto bueno) con un beneficio de 98 millones; con la cesión de otro 15% del mismo concepto y el 49% de Barça Studios se lograrán números positivos por 274 millones en la campaña 22-23. Veremos si se hace mención a nuevas y futuras ventas, como la empresa BLM (la que se encarga de merchandising y calificada por Romeu como «la joya de la corona»).

Durante la sesión será inevitable mencionar la losa que supone para las arcas de la entidad la obesa masa salarial del primer equipo -de 656 millones- y, en concreto, las fichas de los capitanes, Piqué, Alba y Busquets. Falta ver qué tipo de reacciones genera la mención de tres leyendas entre los socios, aunque al ser telemática parece difícil que pueda calar cualquier tipo de animadversión hacia ellos. Está llamada a ser una asamblea sosegada, aunque siempre hay que estar atento a las coloristas intervenciones de socios.