LA JORNADA DE LIGA

Jugó, pero no marcó

Messi, tras dos semanas de baja por el dolor en el pie derecho, no ha podido replicar al acelerón de Cristiano en su duelo interminable

Messi se lamenta tras fallar una ocasión ante el Celta en Balaídos

Messi se lamenta tras fallar una ocasión ante el Celta en Balaídos / periodico

JOAN DOMÈNECH / VIGO

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No pareció que le doliera demasiado este domingo el pie derecho Messi, a pesar de que Augusto Fernández, su compatriota en el Celta, se interesara por su estado físico. Se acercó el jugador argentino del equipo gallego a Leo preguntándole. Y Messi, como es habitual, se tapó la boca para que las cámaras no captaran esa amistosa charla con su compañero de selección en Balaídos. Empezó corriendo, sin dar muestras de que ese pie, con los "botines" puestos, como diría Tata Martino, le doliera. Al principio ubicado el 'diez' en la banda derecha. Después, cansado de que le llegaran pocos balones y en malas condiciones, Messi se marchó al centro del campo.

Por la mañana, Cristiano había firmado cinco goles en el Bernabéu ante el el Granada (9-1) retando a Messi. Por la noche, la estrella del Barça no pudo marcar y se quedó atrás en ese duelo interminable que mantienen: 36 goles frente a 32. Se le vio enfadado pero no tanto por quedarse a cero, como le ocurre al portugués, sino ante la desconexión del equipo. Y eso que tras un irregular inicio, se encargó de generar el escaso fútbol ofensivo que tuvo. Suyo fue el envenenado disparo que repelió Sergio, para dejar la pelota botando en el área gallega. Pero entonces Neymar, despistado e impreciso, envió un sencillo balón a las nubes de Balaídos. Luego, desapareció del partido, como todo el Barça.

Sin puntería

En la segunda mitad, ya el Celta con 10 por la expulsión de Orellana --tiró un trozo de césped a la cara de Busquets--, Messi demostró que también es humano. Falló una ocasión que no es habitual. Una delicada vaselina que se estrelló en la red de Sergio, pero por arriba sin entrar entre los tres palos. Un remate muy 'messiánico', de esos que no suele fallar, pero, tal vez, su pie derecho no esté tan bien como decía Luis Enrique. O como él mismo quisiera transmitir a Augusto Fernández, su colega del Celta.

Jugó de extremo derecho Messi. También de falso delantero centro. A veces, de interior. Y no marcó ni un solo tanto, son ya dos encuentros consecutivos de Liga (Madrid y Celta) en que se queda seco. Tres si se incluye el duelo europeo con el City. Desde aquel cabezazo en Ipurúa, la estrella no ha vuelto a reencontrarse con el gol, teniendo en cuenta, eso sí, que fue ante el equipo inglés cuando recibió aquel golpe de De Michelis.

Desde entonces, Messi no ha vuelto a ser Messi. Quizá porque esa inflamación que tiene en el pie derecho le ha hecho jugar condicionado. Además, si no marca él, tampoco lo hace Neymar. Y tan solo Suárez ha resistido un poco este declive del tridente. No es nada casual, por lo tanto, que el uruguayo haya sido el único que festejara un gol en los tres últimos partidos. No es nada casual que, a la espera de que el pie de Messi mejore, vayan marcando centrales (Mathieu suma dos goles, uno al Madrid y otro al Celta, que valen seis puntos y una fortuna) o centrocampistas como Rakitic ante el City.