Norma pionera

Badalona abre la veda entre las grandes ciudades catalanas a adoptar una regulación propia sobre malos olores

El Ayuntamiento ha iniciado los trámites para adoptar el modelo de ordenanza de contaminación odorífera promovido por la Diputación

Una norma pionera permitirá a los municipios de Barcelona regular y multar malos olores

Voluntarios para medir los malos olores en la zona del Baix Besòs, en una imagen de archivo

Voluntarios para medir los malos olores en la zona del Baix Besòs, en una imagen de archivo / ALVARO MONGE

Gerardo Santos

Gerardo Santos

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El Ayuntamiento de Badalona ha dado el primer paso para adoptar el modelo de regulación contra los malos olores que la Diputación de Barcelona publicó este mes de abril y que ya adelantó EL PERIÓDICO. A finales de la semana pasada, el consistorio anunció la consulta pública relativa a la redacción del anteproyecto de ordenanza reguladora de la contaminación odorífera. Tal como confirman fuentes municipales, se trata del habitual trámite previo a la redacción de cualquier ordenanza.

Dicho periodo de información pública finalizará el 8 de agosto. A partir de entonces, el consistorio detalla que se procederá a constituir la comisión encargada de redactar la normativa en base al modelo de la Diputación: "Es oportuno y necesario elaborar la ordenanza reguladora de contaminación odorífera tomando como base la redactada por la Diputación y adaptándola a las necesidades y circunstancias de nuestro municipio", se lee en el anuncio publicado por el consistorio. Una vez escrita, la ordenanza tendrá que ser aprobada en el Pleno municipal (con mayoría absoluta del PP) y superar el posterior período de alegaciones. De cumplirse los plazos, el marco regulatorio badalonés podría estar aprobado en meses.

De esta manera, el 'Gobierno Albiol' pretende "regular y controlar la emisión de olores indeseables procedentes de actividades económicas de diferentes sectores". Todo ello, mientras se persigue "el equilibrio entre los intereses de los ciudadanos y de los operadores de estas actividades". Se da el hecho que en Badalona "se ha constatado una demanda creciente de hacer frente a las molestias derivadas de los malos olores, que se ha traducido en un movimiento organizado y en quejas reiteradas de los ciudadanos", asume el propio consistorio en el anuncio del proceso participativo.

Una de las entidades que ha mostrado su preocupación al respecto de manera más vehemente es la Asociació de Veïns del Barri del Remei, que ha hecho de las emisiones pestilentes de la fábrica de frenos Tenneco uno de sus caballos de batalla. Emisiones que han provocado que la Guàrdia Urbana de Badalona levantase en el mes de abril dos actas por sendos episodios de malos olores: "Celebramos que el Ayuntamiento dé inicio al proceso que desembocará en la redacción de la ordenanza, seguiremos haciendo presión para que así sea", asegura la presidenta de la entidad, Silvia Jordán, a este diario.

Sin precedentes

El movimiento del consistorio badalonés es pionero entre las grandes ciudades catalanas en el sentido que no existe normativa alguna a nivel europeo, estatal o autonómico que limite y sancione la denominada 'contaminación odorífera': "Es, por tanto, deber de las autoridades municipales proteger a sus residentes contra la exposición a niveles de olores indeseables que puedan causar efectos sobre la salud y defender su derecho a disfrutar de una calidad de vida idonea", reza la publicación del consistorio.

El problema radica en que las corporaciones locales no disponen del conocimiento ni de los recursos necesarios para acometer una ordenanza tan técnica como la de malos olores. De ahí que la Diputación de Barcelona, movilizada por las peticiones de asesoramiento e información recibidas de parte de múltiples municipios de la provincia, decidiese elaborar el modelo de ordenanza, a disposición de los ayuntamientos de la demarcación, "transitando así por un territorio nuevo", tal como describía el diputado de Acció Climática del ente supramunicipal, Marc Serra, a este medio. En este sentido, el anuncio del Ayuntamiento de Badalona deja claro que "se hace del todo necesario redactar una Ordenanza que permita al Ayuntamiento dotarse de un instrumento jurídico, y a la vez técnico, en materia de control e inspección de contaminación odorífera".

Tras la publicación del modelo esta primavera, la primera toma de contacto de la Diputación con los municipios interesados en la nueva ordenanza se produjo hace un mes. Más de 160 personas que representaban a más de un centenar de ayuntamientos se reunieron en una sesión informativa, que sirvió para que los técnicos municipales conocieran los entresijos del texto regulador.

Hasta el momento, únicamente el Ayuntamiento de Vidreres dispone de una ordenanza al respecto (aprobada en enero de 2024) basada en el texto elaborado por la Diputación. El adelanto del consistorio gerundense se explica porque se basaron en el borrador del modelo que la Diputación publicó en 2020. Preguntado al respecto de si otros municipios han iniciado los trámites como sí ha hecho Badalona, fuentes del ente supramunicipal aseguran no tener constancia de tal extremo, aunque sí confirman que otros seis ayuntamientos han realizado consultas formales para acabar adoptando el marco regulatorio en sus localidades. Se trata de Viladecans, El Prat de Llobregat, Santa Margarida i els Monjos, Manlleu, Masquefa y Gualba.

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