Revolución urbanística en el Hospital de Can Ruti: Badalona lo ampliará para convertirlo en "un 'hub' sanitario de referencia en el sur de Europa"

El espacio urbano del entorno del Hospital Germans Trias i Pujol (Can Ruti), en Badalona, se ha quedado pequeño para dar cabida a la vasta dimensión que ha cobrado en Catalunya. No únicamente como centro sanitario de referencia para 1,5 millones de ciudadanos en total (800.000 de los cuales en el Barcelonès Nord y el Maresme), sino como 'hub' biomédico en el que conviven empresas e instituciones de referencia —el Institut Guttman o el Institut Josep Carreras, por ejemplo— dedicadas a la investigación.

Esa conclusión, sumada al propósito de proyectar internacionalmente la 'marca Badalona' en el ámbito sanitario, es la que han consensuado el propio hospital y el resto de instituciones biomédicas con el Ayuntamiento de Badalona. Y, a su vez, es la que justifica la revolución urbanística en Can Ruti que el consistorio ya prepara y que prevé aprobar inicialmente este otoño del 2024, según puede avanzar EL PERIÓDICO.

La solución de Badalona para el caos de coches en Can Ruti: duplicar el espacio para aparcamiento

La metamorfosis urbanística de Can Ruti, ubicado en el privilegiado paraje natural de la Serralada de Marina, se caracterizará por una ampliación de unos 95.000 m² edificables, que permitirá que los actuales 142.000 m² de equipamientos sanitarios ya construidos se expandan en un futuro hasta los 237.000 m². La clave para comprender la hondura del cambio es que, hasta ahora, el planeamiento urbanístico limitaba la edificabilidad de equipamientos sanitarios a los 176.000 m². Y este tope, además, se veía agravado por el hecho de que ni más ni menos que unos 110.000 m² (el 41% del sector) de edificabilidad potencial se previeran en dos zonas verdes alejadas del propio hospital como epicentro, la Vall de Pomar y el Turó d'en Boscà, en el barrio de Canyet, donde se ubican varias masías catalogadas como Can Miravitges o Ca l'Arquer. Los elementos clave que ilustran las diferencias entre los estados actual y futuro del sector pueden explorarse en el siguiente mapa.

Sobre esos espacios verdes pretende incidir también el nuevo plan, enfocado en concentrar la potencial edificabilidad en torno al hospital en vez de tenerla desperdigada por espacios naturales del sector en los que además no podía aprovecharse por el impacto ambiental que supondría. Así se explica que, pese a que la edificabilidad global de todo el sector se mantendrá intacta (272.000 m²), los metros cuadrados dedicados a equipamientos sanitarios podrán aumentarse ostensiblemente a partir de la reordenación.

Estos cambios deberán vertebrarse a través de una modificación del Plan General Metropolitano (PGM) de 1976, a la que el Pleno municipal del consistorio badalonés —con mayoría absoluta popular— dará luz verde en otoño (lo que se aprobará exactamente es un documento denominado 'Avance de modificación del PGM') y cuya tramitación, hasta superar el último paso de la Comissió de Territori de la Generalitat de Catalunya, podrá prolongarse hasta un año hasta la aprobación definitiva. A partir de ahí, y una vez hubiera un plan de financiación a cargo del Servei Català de la Salut, las obras y el funcionamiento definitivo de los nuevos equipamientos podrían prolongarse entre cinco y diez años, apuntan fuentes del hospital.

El calado de la operación urbanística en Badalona lo ilustra la valoración del alcalde Xavier Garcia Albiol (PP), quien remarca la proyección internacional de Can Ruti: "Creemos que podemos ser uno de los principales 'hubs' sanitarios de referencia del sur de Europa". El edil asegura que, con la ampliación urbana como punto de partida, "buscaremos que instituciones y empresas de otros países contemplen a Badalona como posibilidad efectiva para instalarse". Con la complicidad de la 'conselleria' de Salut de la Generalitat: "Me reuní con el 'conseller' Balcells hace unos meses y estaban totalmente de acuerdo con el proyecto", certifica Albiol.

El pilar sobre el que descansa el desarrollo urbanístico que el 'Gobierno Albiol' plantea son esos 95.000 nuevos metros cuadrados edificables que, en su conjunto, han solicitado los operadores biomédicos que integran el 'hub' de Can Ruti como necesidad para prestar sus servicios. El montante consta en un documento firmado por todos ellos junto con el Ayuntamiento, que les consultó cuáles son las exigencias a las que no pueden dar respuesta en la actualidad por falta de espacio. Más de la mitad de ese espacio, de hecho, serán destinados al propio hospital, especialmente a su actividad asistencial.

Un 'clúster' vinculado a la biomedicina

Los documentos descriptivos de la ampliación de Can Ruti, consultados por este diario, sitúan en el horizonte de la propuesta urbanística la "implantación de un 'clúster' [un conglomerado de empresas] de equipamientos y actividades vinculadas a la biomedicina y a las ciencias de la salud, en torno a las cuales se ha de articular un nuevo polo de investigación e innovación". La idea remite al polo de actividad biomédica ('biopol') que L'Hospitalet y Esplugues de Llobregat impulsan en torno al Hospital de Bellvitge a través de un Plan Director Urbanístico de reciente aprobación definitiva. El alcalde Albiol asume la derivada económica de la operación: "Atraer nuevo talento nos permitirá generar riqueza. Me consta que importantes instituciones sanitarias están buscando sede en Europa".

"La ampliación de Can Ruti que se proyecta es absolutamente necesaria y estamos muy entusiasmados", afirma el gerente del hospital, Josep maria Mòdol. En el horizonte proyecta que los nuevos metros cuadrados se destinen a "necesidades vitales" como ampliar la hospitalización, los quirófanos, los laboratorios o la implantación de nuevos equipos de docencia, investigación o simulación. "Tanto hospital como el resto de operadores del campus estamos de acuerdo en que necesitamos más espacio para adaptarnos a la nueva realidad de los servicios que prestamos", certifica Mòdol sobre las ampliaciones de los espacios del Institut Josep Carreras, Guttman o la unidad docente de la Facultad de Medicina de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).

Sobre la consecución urbanística de ese nuevo polo biomédico, el responsable técnico del proyecto, Rafael Argelich, jefe del Servicio de Ordenación del Territorio del Ayuntamiento de Badalona, destaca que "hasta ahora, la calificación del suelo permitía edificar en zonas protegidas como el Turó d'en Boscà, algo que no tenía sentido porque no permitía el aprovechamiento urbanístico. La idea ahora es blindar esos espacios verdes y trasladar la edificabilidad potencial al área del hospital". Ello se logrará, por ejemplo, eliminando una de las tres calificaciones de suelo vigentes, la del suelo urbanizable no delimitado, y simplificando el planeamiento en suelo urbano y sueno no urbanizable.

A ojos de Argelich, la aspiración del proyecto es "liberar espacio público para crear un 'hub' real". En el sentido de que, a diferencia de lo que ocurre actualmente, el aparcamiento se engrose bajo rasante y, en la superficie, el planeamiento permita desarrollar una 'micro ciudad' hospitalaria alrededor del epicentro de Can Ruti. A su vez, la reforma urbana para el futuro Can Ruti buscará también mejorar la red de saneamiento del hospital, que el consistorio considera "insuficiente" y que "necesita una mejora imprescindible".

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