Contaminación odorífera

Más de 100 ayuntamientos de la provincia de Barcelona se interesan por el modelo de ordenanza de malos olores promovido por la Diputación

Al menos seis municipios han manifestado formalmente su voluntad de implementar la regulación en las próximas semanas

CONTEXTO I Una norma pionera permitirá a los municipios de Barcelona regular y multar malos olores

TESTIMONIOS I La impotencia de vivir con malos olores constantes: “Te despierta como una bofetada”

Voluntarios para medir los malos olores en la zona del Fórum, en una imagen de archivo

Voluntarios para medir los malos olores en la zona del Fórum, en una imagen de archivo / ALVARO MONGE

Gerardo Santos

Gerardo Santos

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El modelo de ordenanza de malos olores que publicó la Diputación de Barcelona en el mes de abril, y que avanzó EL PERIÓDICO, ha causado interés entre los representantes políticos de los municipios de la provincia. Más de 160 personas asistieron a la sesión informativa sobre la propuesta de regulación que la Diputación llevó a cabo a finales de la semana pasada. Entre los que concurrieron a la cita, que fue virtual, "alguna alcaldesa, concejales, técnicos municipales y también otros operadores como policías locales o Mossos d'Esquadra", explica a este medio el diputado de Acció Climàtica de la Diputación de Barcelona, Marc Serra (Comuns). Entre todos representaban, añade Serra, a más de un centenar de municipios de la provincia de Barcelona.

"Es importante tener claro que con esta iniciativa estamos transitando un terreno nuevo", mantiene el diputado Serra. En efecto, no existe normativa alguna a nivel europeo, estatal o autonómico que limite y sancione la contaminación odorífera, lo que explica el atractivo que la iniciativa ha causado en el mundo local. El modelo de ordenanza reúne los criterios jurídicos y técnicos que permiten a los municipios afrontar "con seguridad jurídica" incidentes relacionados con este tipo de contaminación.

Por el momento, solo un municipio de la provincia dispone de una ordenanza odorífera que bebe directamente del modelo de la Diputación. Se trata del Ayuntamiento de Vidreres, que trabajó su código, aprobado este mes de enero, a partir del borrador del modelo que se publicó en 2020. Eso sí, el diputado Serra apunta que a raíz de la sesión informativa, "hay seis municipios que han manifestado formalmente su voluntad de implementar en las próximas semanas la nueva ordenanza", y con los que la Diputación está trabajando ya de manera bilateral.

Preguntados por este medio, consistorios como los de Terrassa, Sant Cugat, Rubí o Badalona mostraron su interés en adoptar la norma. El Ayuntamiento de Barcelona, sin embargo, aseguró que no adoptaría la ordenanza de la Diputación.

Buena parte de los municipios que actualmente regulan los problemas de malos olores lo hacen a través del articulado de otras normas, como la de civismo o la de medio ambiente. Ordenanzas de malos olores como tal en Catalunya, se cuentan con los dedos de una mano. Entre otros, Sant Just Desvern (que la está preparando) y Parets del Vallès, que dispone de ella desde el año 2021.

Trabajo más allá de la ordenanza

El código propuesto establece dos categorías de límites, en función de si se trata de zonas urbanas residenciales o zonas rurales, y un régimen sancionador con multas de entre 750 y 3.000 euros. Sin embargo, Marc Serra insiste en que el modelo de ordenanza "no está pensado para poner sanciones, sino para dar herramientas tanto a municipios y vecinos". "Así, el objetivo es fijar criterios claros, tratar que el sector privado se responsabilice", añade Serra.

Además, la Diputación lleva trabajando desde hace años los problemas de contaminación odorífera con "una docena" de consistorios. "Lo hacemos a requerimiento suyo, realizando mediciones propias y analizándolas en el laboratorio de la Diputación", señala Serra.

Más allá de la elaboración del modelo de ordenanza, la Diputación de Barcelona ofrece también apoyo a los ayuntamientos para obtener medidas de la concentración de un olor a través de técnicos acreditados. Así, pone a disposición de los municipios tres equipos de olfatómetros 'Nasal Ranger' que se pueden ceder temporalmente a los consistorios que los necesiten. El uso de este equipo permite conocer los niveles de olores que hay en el territorio, independientemente de si se dispone de una ordenanza o no. El trabajo es paralelo, resume Serra: "Tenemos que seguir ofreciendo asesoramiento técnico e inspecciones a los municipios que no pueden gestionar estas tareas, y formación para los grandes ayuntamientos".

Ayuntamientos como el del Prat de Llobregat y Masquefa pudieron realizar el año pasado mediciones a través de este recurso técnico de la corporación, y este año podrán usarlo otros seis municipios: Arenys de Munt, Artés, Llinars del Vallès, Pineda de Mar, Sant Adrià de Besòs y Vilanova i la Geltrú.

En cuanto a los próximos pasos, además de la formación y el trabajo bilateral con los municipios más afectados, Serra ha anunciado a este medio la intención de realizar una guía dirigida a los municipios donde se explique cómo implementar la ordenanza y como hacer las mediciones, entre otros aspectos. El diputado de Acció Climàtica asegura que ya se está trabajando en ella, con la intención de tenerla preparada antes del final del año.