CAMINOS DE RONDA / 12

S'Agaró: La capilla sixtina

LA VISITA. <b>Una de las atracciones de la ruta es la bella ‘loggia’ de los jardines de Senya Blanca, obra del arquitecto novecentista Francesc Folguera, ubicada en uno de los tramos de la Cala del Barco. </b>

XAVIER FEBRÉS

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El camino de Ronda de S’Agaró, entre la playa de Sant Pol y la de Sa Conca, es la Capilla Sixtina de los caminos de ronda, el do de pecho de la urbanización de lujo neoclásico presidida por el Hostal de La Gavina y los chalets adyacentes. Incluyó el diseño de jardines y el acondicionamiento acorde con el conjunto de este antiguo camino de uso público como un paseo natural y mirador predilecto, bajo el diseño del arquitecto Francesc Folguera.

A los pies del Hostal de La Gavina se inicia el recorrido de dos kilómetros hasta el mirador de la Punta d’en Pau, orientado con sus gradas a la playa de Sant Pol. El siguiente tramo de la Cala del Barco se halla presidido por la bellísima loggia renacentista de los jardines de Senya Blanca, vista al menos desde el exterior. A continuación las escaleras de la Gacela toman nombre de la escultura existente. Más allá una rampa ofrece acceso a Cala Pedrosa.

CARÁCTER IDÍLICO / La plaza del Mirador se sitúa sobre la Cala de la Font, con su escalinata dedicada al arquitecto Rafael Masó y el templete. A la altura de Cala de las Vaques el trazado más rectilíneo bordea las Roques Blanques y anuncia las escaleras que conducirán hasta la playa de Sa Conca. Del extremo opuesto de esta, llamado playa de los Oriços, parte otro tramo hasta la marina del Port d’Aro, por Punta del Pinell yi Punta Prima.

El camino de ronda de S’Agaró fue completado en el año 1959 y rehabilitado en el 2005 por el ministerio de Medio Ambiente tras varios aplazamientos. La ruta conserva el carácter idílico que le dio la urbanización de elite, en un tiempo en que la elite era más elegantemente excluyente. Como escribía con pluma maestra el cronista y ex alcalde guixolense Josep Vicente: «Aquella burguesía se ha quedado sola en su territorio convertido en blanca arqueología habitada, entre los nuevos plutócratas que la ignoran y la pujante mesocracia que la asedia. S’Agaró es ya la sustancia de un sueño muy digno».

Pero el camino de ronda permanece, ha sido restaurado y ofrece a todos el mejor testimonio de una idea.