Michael Nyman lleva al Palau su declarada obsesión por Mozart

Si no es el más representativo, el más influyente o el más innovador, Michael Nyman es como mínimo el compositor más visible de su generación. A sus 65 años, el músico inglés atraviesa una de las etapas más hiperactivas y eclécticas de su ya hiperactiva y ecléctica carrera. Enfrascado en mil y un proyectos, este domingo hace parada en el Palau de la Música para presentar dentro del Festival del Mil·lenni dos de sus últimas obras, Mozart 252 y 8 lust songs.

Omnipresente como ningún otro compositor de su quinta y perfil, Nyman ha comprendido que, aunque proceda del ámbito clásico, el músico debe servir a la época al que pertenece. Por ello no se ha conformado con firmar bandas sonoras de películas (de Peter Greenaway, Michael Winterbottom y Neil Jordan, entre otros), sino que ha concebido música para videojuegos y desfiles de moda, ha dedicado piezas a John Peel y David Beckham, ha compuesto con Damon Albarn (cantante de Blur) y ha actuado en el festival Live Earth.

UBICUO Y TODOTERRENO / Su osado eclecticismo le permite estar constantemente en movimiento sin necesidad de repetirse noche tras noche. En los próximos meses, Nyman actuará en festivales de perfil moderno como el Primavera Sound o el festival de la Isla de Wight, estrenará en Sicilia su nueva ópera, presentará en Berlín una obra creada con el artista de música electrónica Carsten Nicolai e interpretará en auditorios de medio mundo repertorios diversos, ya sea solo al piano o respaldado por la Michael Nyman Band.

Por si fuera poco, en los últimos años Nyman se ha adentrado en el arte visual. El libro Sublime recoge cerca de dos mil instantáneas y la exposición Videofile ha mostrado en Inglaterra sus pequeñas filmaciones de textura experimental. Y su idea más reciente es ofrecer en su página web cinco minutos de música de descarga gratuita para que quien desee la use como banda sonora. A cambio solo pide que el usuario cuelgue el resultado en Youtube. Si le obedecen, la ubicuidad de Nyman alcanzaría cotas ya preocupantes.

Sin ser un músico de pop, Nyman ha logrado algo tan pop como que su música ilustre anuncios de bancos y empresas de telefonía. Pero ello no impide que sea uno de los primeros nombres que suena cuando hay que encargar una obra de gran calibre. ¿Una pieza para conmemorar el bicentenario de la Revolución Francesa? Nyman es el hombre. ¿Una para celebrar la inauguración del tren de alta velocidad francés? Nyman lo hará bien. Estos días trabaja, también, en una composición para el 80 cumpleaños de Ennio Morricone.

PIEZA DE ANIVERSARIO // El programa que interpretará el domingo junto a la Michael Nyman Band parte de otro encargo. El disco Mozart 252 (2008) contiene la pieza creada para el 250º aniversario del nacimiento del austríaco y que no es otra cosa que una revisión de In Re Don Giovani (que lo lanzó a la fama en 1981). También hay nuevas interpretaciones de pasajes de Drowing by numbers (banda sonora de Nyman inspirada en Mozart) y Letters, riddles and writs (telefilme concebido en torno al 200 aniversario de su muerte). Quienes acusen a Nyman de vivir de reciclar al de Salzburgo y a sí mismo, tienen aquí más armas para su tesis.

El resto de repertorio procederá de su nuevo disco, 8 lust songs (2008). En él, Nyman ha compuesto música para ilustrar los versos eróticos del poeta del siglo XVI Pietro Aretino, calificados como la versión renacentista del Kamasutra. La interpretación vocal correrá a cargo de la soprano italiana Marie Angel.