Una pareja de muerte

Jack Nicholson y Morgan Freeman interpretan a dos enfermos terminales en 'Ahora o nunca'

Los dos astros son inseparables después de trabajar juntos por primera vez

Jack Nicholson y Morgan Freeman presentan la primera película que han rodado juntos, el viernes pasado en París.

Jack Nicholson y Morgan Freeman presentan la primera película que han rodado juntos, el viernes pasado en París.

ELIANNE ROS
PARÍS

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Ha nacido una nueva pareja cinematográfica. Madura, con mucha experiencia y, sobre todo, con una química que traspasa la interpretación. Jack Nicholson y Morgan Freeman no habían trabajado juntos. En la películaAhora o nunca,de Bob Reiner, que se estrena en España el 1 de febrero, encarnan a dos enfermos terminales que deciden vivir al máximo en su último viaje antes de morir. Una fructífera colaboración entre dos monstruos de Hollywood que se revelan tan diferentes y complementarios como Jack Lemon y Walter Matthau.

La chispa histriónica de Nicholson encuentra la réplica perfecta en la natural precisión y serenidad de Freeman. Dentro y fuera de la pantalla. Así lo demostraron en la rueda de prensa que dieron el viernes en París para presentar el filme, estrenado en EEUU con éxito de público --aunque no de crítica-- y una recaudación de más de 13 millones de euros en tres semanas.

La lista de deseos

Un jovial y entusiasta Nicholson, con sus inseparables gafas de sol, y un elegante y relajado Freeman, con dos aros dorados en las orejas ylookde dandi, defendieron el filme que les ha permitido encontrarse. "En el momento en que dijo que sí (Nicholson), se convirtió en mi mejor amigo" explica Freeman, para quien trabajar con el protagonista deAlguien voló sobre el nido del cucofiguraba en uno de los primeros puestos de subucket list, la lista de cosas que uno quiere hacer en la vida y que da el título a la película en inglés. Algo así le sucedió a Nicholson: "Nos conocimos en los años 70 y siempre quisimos trabajar juntos".

El vital actor, de 70 años, tiene muy claro lo que pondría en primer lugar de subucket listpersonal: "Vivir un último gran romance". El veterano actor, que ha estado unido, entre muchas otras, a Angelica Huston, Sandra Knight y Lara Flynn Boyle, confiesa que ya no se ve con arrestos de seducir a una mujer en público, aunque no le importa "aparecer como un tonto en el amor".

A estas alturas, ¿qué motiva a esta leyenda para trabajar? "La oportunidad de hacer una buena película. Simplemente me gusta hacer películas", afirma. Y si se le presenta la oportunidad de abordar "un tema inusual", pues mucho mejor. "El filme plantea preguntas que todos nos hacemos alguna vez", puntualiza. "Cuando leí el guión pensé que uno aborda un tema así una vez, así que había que hacerlo bien. Es una película humana, pero no sentimental, estoy orgulloso del resultado".

Encontrar el tono justo entre sensibilidad y humor ha sido el gran reto de Reiner, que sabía que contaba "con los mejores actores del mundo" para salir airoso. "Jack puede ser explosivo en la pantalla, mientras que Morgan muestra en todas circunstancias la impasibilidad de un maestro zen. Sabía que su alquimia daría a los diálogos y a la acción un relieve que el guión apenas permitía imaginar".

Guiños al espectador

Nicholson ha echado mano de sus dotes de guionista introduciendo guiños al espectador. "Ha sido un colaborador genial, antes de empezar el rodaje cada día nos reuníamos y cambiaba cosas del guión. Luego se lo mostraba a Morgan, que en cinco minutos lo procesaba y decía, adelante", relata Reiner.

Las diferencias entre los dos veteranos actores --"yo me preocupo por todo y él no se inmuta por nada, él es alto y yo un poco", describe Nicholson --son también las diferencias entre el rico médico y el modesto mecánico que comparten habitación en la ficción. La complicidad surge en ambos planos. ¿Qué tienen en comun? "Los dos se están muriendo, es bastante", ironiza Freeman, que para desesperación de Nicholson se pasó la película dándole abrazos cada vez que terminaba una secuencia.

¿Una película así cambia la forma de ver la vida? Indudablemente. Freeman admite pensar a menudo en la muerte: "Cuando paseo por el campo uno de esos días de otoño en que todo parece perfecto, pienso: 'Este es un buen día para morir. El momento idóneo para morir siempre es el mejor día'".