Novela

'El pasado' de Tessa Hadley: Heredera de la mejor tradición inglesa

Tessa Hadley o el secreto mejor guardado de la literatura británica

Tessa Hadley

Tessa Hadley

Anna Maria Iglesia

Anna Maria Iglesia

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Fue cumplidos los cuarenta y seis años cuando Tessa Hadley publicó su primera novela, 'Accidents in the home'. La crítica no tardó en aplaudir la maestría de Hadley, subrayando su capacidad de observación a la hora de retratar los aspectos más siniestros de la aparentemente placentera vida de la clase inglesa más acomodada, penetrando con habilidad en la institución familiar. En Hadley, la familia es la máscara tras la cual se esconden conflictos profundos que trascienden lo puramente familiar y que definen, en muchos aspectos, la podredumbre -o, si se prefiere, lo siniestro- de la “sociedad bien”. 

Como recordaba en estas mismas páginas Olga Merino, en ocasión de la publicación de 'Lo que queda de Luz', la primera de las novelas de Hadley publicadas en castellano hubo algún crítico que desdeñó la literatura de la autora británica tachándola de “bajo octanaje” y reprochándole el hecho de retratar siempre ambientes de clase media alta a través de personajes maduros, todos ellos blancos y ajenos a las problemáticas sociales. Detenerse en la mera ambientación es obviar el trasfondo de su literatura, que, con una agudeza excepcional, narra la transformación de la sociedad inglesa de las últimas décadas, una transformación que tiene que ver con la moral, con los hábitos, con la cultura… es decir, con todo un modo de vida.

Rescatar los recuerdos del pasado

Si en 'Amor libre', se centraba en la revolución sexual de los sesenta, si en 'Lo que queda de luz', se centraba en la hipocresía, en las mentiras y el juego de apariencias de un grupo de amigos cultos, esnobs y económicamente privilegiados, en 'El pasado' encontramos todos estos elementos entremezclados en una historia familiar que tiene como punto de partida el reencuentro de cuatro hermanos en la vieja y majestuosa casa familiar. Alice es una mujer romántica, sentimental, que intenta rescatar los recuerdos encerrados en esa casa, revivir un pasado que, sin embargo, está tan agrietado como la propia casa, que se viene abajo y cuyas imprescindibles reformas ningún hermano puede económicamente afrontar.

Revivir un pasado tan agrietado como la propia casa

Luego está Harriet, la hermana mayor, la más comprometida políticamente, con espíritu revolucionario e independiente, y Fran, la única de las tres en ser madre. Roland es el hermano pequeño, a las que sus hermanas todavía recuerdan con pantalón corto y que regresa a esa vieja casa siendo un hombre de éxito, subido a su Jaguar, con una hija adolescente que no se separa de su móvil y con Pilar, su tercera mujer, una abogada argentina de prestigio. 

El reencuentro de todos ellos, de las tres hermanas, que tanto nos remiten a Chejov como al Bergman de “Gritos y susurros”, con el hermano hace aflorar la historia familiar: desde al abuelo, el vicario del pueblo en el que está situado la casa, hasta Tom, el padre y periodista mujeriego que de joven se entusiasmó con las revueltas francesas del 68, pasando por Jill, la madre, que, cansada de su marido, decidió coger a sus hijos y volver a esa casa familiar en medio de la campiña inglesa, donde morirá joven de cáncer.

La historia que retrata a un país

De una manera u otras, los cuatros están obligados a gestionar ese legado: el conservador y el revolucionario, el transgresor y el melancólico. Alice se aferra a los recuerdos como su madre se aferraba a la casa; Roland rompe con el papel de hermano pequeño necesitado de protección erigiéndose como hombre culto y de éxito y Harriet vive con contradicciones su origen acomodado. Entre medio, está Kasim el joven paquistaní, hijo de una antigua pareja de Alice, que recurre a su origen para reivindicarse y así señalar con el dedo la familia que lo acoge, y Pilar que descubre ser uno de los tantos bebés robados en la Argentina de los setenta. 

Una novela excepcional que narra la vida de unos personajes y de un país

El pasado familiar es, a su vez, el pasado de un país: la vieja casa familiar nos remite a Brideshead, esa mansión que Evelyn Waugh convirtió en metáfora un tiempo que termina y de una clase social, la vieja aristocracia inglesa, cuyo poder se agota. Aparece la burguesía y los nuevos ricos: ahí está Roldan con su Jaguar como expresión de una nueva ostentación económica. Hadley nos remite a Waugh, pero también a Jane Austen, sobre todo su a “Mansfield Park”: si en Austen aparece, aunque de soslayo, el tema colonial y de la riqueza obtenida por el tráfico de esclavos, aquí Karim no solo es un guiño a ese pasado, sino también al presente y a la pregunta sobre los “nuevos” ingleses, que reivindican tanto su origen como su condición de británicos.

Asimismo, es imposible no pensar en Henry James, por su capacidad de indagar en el alma humana y convertir dicha indagación en un retrato crítico, a veces algo cínico, de la sociedad inglesa. Hadley es la mejor heredara de esta tradición y 'El pasado', su mejor novela de las tres que hasta ahora se han publicado en castellano: una novela excepcional que narra la vida de unos personajes y de un país, la vida en todas sus facetas.  

'El pasado'

Autora:

Teresa Hadley

Traducción:

Magdalena Palmer

Editorial:

Sexto Piso

304 páginas. 22.90 euros

'El passat'

Autora:

Tessa Hadley

Traducció:

Núria Busquet

Editorial:

Edicions de 1894

352 pàgines. 22.90 euros