Tres errores como tres soles en la gira por Latinoamérica de Rosalía

Rosalía (29), ese gran fenómeno mundial a quien aman todas las personas con un mínimo de sentido del arte o de la humanidad. Porque, si no te gusta su trabajo, en lo que se esfuerza cada día para crear un producto nacional e internacional, debes quererla por su manera de ser. Lejos de otras tantas que han logrado la fama y han cambiado radicalmente de parecer (ejem, Georgina), la catalana parece seguir siendo aquella jovencita que conocimos con un álbum magnánimo como 'Los Ángeles'.

Lo cierto es que la creadora de 'Malamente' no para de darnos sorpresas y buenas noticias, como la trilogía de canciones que ha lanzado junto a su pareja, Rauw Alejandro, que cuenta un poco su relación en el pasado, el presente y el futuro. También nos hemos enterado recientemente de que pasará por el altar, en una boda que reunirá a invitados tan dispares como Belén Esteban y Kylie Jenner y que, por supuesto, estamos deseando presenciar.

Si bien es cierto que parece que todo en su vida es un camino de rosas (ahora, que ha logrado girar mundialmente, claro), nos paramos a pensar que Rosalía no puede ser tan perfecta como parece y hemos llegado a la conclusión de que esta es una verdad como un templo sobre todo cuando se sube al escenario. Ojo, que no queremos decir que lo haga mal (toooooodo lo contrario), sino que como tú y como nosotras es imperfecta y tiene sus cosillas.

Ahí van los tres gazapos más sonados estos últimos días.

Las extensiones

Este episodio ha tenido lugar en el Lollapalooza de Brasil el domingo 26 de marzo de 2023, cuando estaba dándolo todo sobre el escenario con su melena, llena de extensiones, al viento. Teniendo en cuenta que no para de moverse y que los ventiladores tienen cierto peligro, era de esperar que aquello pudiera suceder.

Sí, es lo que estás pensando: que una de estas extensiones acabara en el aparato. "Hay una extensión aquí, ay, cogedla, cogedla. Ay Dios mío, a ver, a ver. Si alguien las quiere...", dijo entonces. Por supuesto, esas extensiones ya estarán en el altar particular de alguien.

La bandera de Paraguay

Lo malo de tocar en todo el globo terráqueo es que cada país tiene su historia, sus tradiciones y su cultura y es complicado abarcar todo esto en una gira tan frenética. De ahí que la cantante, con toda la buena voluntad del mundo, recibiera con mucho gusto una bandera del equipo de fútbol Cerro Porteño.

Lo cierto es que este equipo tiene una sonada rivalidad con el Olimpia, otro equipo importante en el país... y a sus seguidores no les gustó nada que sacara la bandera, claro. Ante abucheos y silbidos, una contrariada Rosalía devolvió su trofeo al público. Relajen las rajas, motopapis.

Muy poco 'cute'

Esto también tuvo lugar en el Festival de Asuncionico y al final de su actuación. Justo cuando la cantante estaba a punto de terminar su repertorio, se ordenó que cortaran las luces y el sonido. Fue en un momento en que sonaba 'CUUUUuuuuuute', que no dio tiempo a terminarla por un precipitado fundido a negro. Esto le sentó fatal a Rosalía, que abandonó el escenario sin poder despedirse del público. ¿El motivo de este fallo? Que se solapaban los conciertos del festival. Vaya, como en cualquier otro.