Rubén Cortada, en compañía de sus dos princesas

Mira que hay miles de fans dispuestas a enseñar a RubénCortada los mejores rincones de Madrid y, sin embargo, él prefiere descubrirlos con su novia, Susana Pino, y su hija. El actor cubano asegura que la fama no le ha cambiado y que sigue llevando una vida de lo más normal, tanto que hace unos días le pillamos con las dos mujeres de su vida en una parada de autobús con destino al centro de la ciudad. En concreto, fueron al MuseoThyssen y después de contemplar la exposición del artista noruego Edvard Munch fueron a un parque cercano para que Mía se divirtiera en los columpios. Ambos estuvieron muy pendientes de la pequeña, pues mientras el papá la ayudaba a subir por las escaleras del tobogán, la mamá la esperaba al otro lado con los brazos abiertos.

De incógnito por la vida

Ni rastro del malote de El Príncipe o de la seriedad del guardia civil de Olmos y Robles. En la vida real Rubén es un padrazo y lo único que conserva de sus personajes son los abdominales. Sabemos que es celoso de su intimidad, pero ahora aún más. "Es incómodo que te miren, estoy acostumbrado a usar gorras y gafas para no llamar la atención", confiesa. El actor solo quiere que hablen de él por su trabajo: "Mi vida privada me parece una tontería comparada con el trabajo que he hecho para llegar hasta aquí".