Un pequeño aperitivo: Laura Escanes enseña 'la habita' de Roma

La 'influencer' Laura Escanes (23) se encuentra ya en la recta final de su primer embarazo, y por eso ha querido sincerarse con sus seguidores de las redes sociales acerca de los cambios físicos y emocionales que ha venido experimentando en los últimos meses. Eso y para ir calentando motores, nos ha dado un pequeño aperitivo de lo que va a ser el cuarto de Roma.

Uno de los temas sobre los que la mujer de Risto Mejide ha querido reflexionar abiertamente en Instagram, después de que una de sus admiradoras le hiciera la correspondiente pregunta en Stories, va ligado a la posibilidad de que, como muchas otras mujeres, pueda sufrir depresión postparto tras dar la bienvenida a su hija.

"No tengo miedo, pero es importante saber que está ahí. Es importante que en las clases de preparación al parto se hable de ello. Es una realidad y puede pasar, claro, pero no tenemos que sentirnos mal ni culpables por ello", ha explicado sobre la necesidad de eliminar definitivamente los estigmas sobre esto.

Otro de los consejos que Laura ha querido dar a sus seguidores en otra de las grabaciones es el de "no compararse" en relación con el físico y, mucho menos, en lo que respecta a las transformaciones que en él ejerce un proceso de gestación, el cual es diferente para cada mujer.

"Cada mujer y cada cuerpo es un mundo. Al principio casi no gané peso, supongo que con las náuseas y mareos es normal, pero repito, no os comparéis", ha indicado.

La también modelo y escritora, quien asegura haberse librado de las estrías debido al estilo de vida activo y saludable que ha seguido durante buena parte del embarazo, también ha revelado su gran truco para hacer frente a esos mareos y náuseas que sufrió especialmente en los primeros meses del proceso. "Iba siempre con caramelos en el bolso: esa fue mi salvación, ir tomando caramelos y beber mucha agua", ha apuntado.

Y después de soltar la retahíla, nos ha puesto los dientes largos con un minivideo entrando en el cuarto de Roma, donde una ovejita de peluche custodia la puerta.