Mel B reactiva (a lo grande) la guerra por la custodia contra su exmarido

La cantante Mel B sigue peleando judicialmente contra su exmarido, Stephen Belafonte, de quien se divorció en 2018 tras una década de matrimonio, y todo por la custodia de su hija Madison, que a día de hoy corresponde en su mayoría al productor. Ahora, Melanie ha remitido al juez que gestiona este litigio un nuevo documento en el que expresa su "preocupación" ante el comportamiento presuntamente negligente del padre de la niña, citando además ejemplos muy impactantes acerca de este asunto.

Lo que la cantante quiere conseguir es al menos la tutela compartida de Madison, y es dentro de esta guerra (bastante pública y suponemos que nada beneficiosa para la chiquilla, de casi 10 años) cuando Mel B ha arremetido en términos muy duros contra su antiguo marido, al que en su momento llegó a acusar de haberle maltratado física y psicológicamente, y ha revelado que en una ocasión Stephen estuvo hablando por videollamada con su hija al tiempo que aparecían "chicas en tanga" detrás de él. Con este tipo de comentarios, Mel B ha querido argumentar además que, pese a vivir juntos, su exmarido está "trabajando" constantemente y apenas saca tiempo para estar con su hija.

Asimismo, el equipo legal de la artista asegura que Madison pasa la mayor parte del día bajo el cuidado de terceras personas, algunas de ellas ligadas incluso a Lorraine Gilles, la niñera con la que la pareja habría disfrutado de varios tríos a lo largo de sus años de matrimonio: una mujer cuya presencia en la vida cotidiana de la pareja habría contribuido notablemente a la erosión de su matrimonio, según siempre la visión de la Spice Girl.

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Hay que recordar que, tras varias peticiones de Mel B, el juez ordenó recientemente a Stephen que informara debidamente a su exmujer del paradero de Madison cuando no estuviera con ella y también implantó un calendario mucho más amplio y preciso para garantizar que la menor viaje de California, donde vive con el padre, al Reino Unido, donde vive su madre, con la necesaria frecuencia.