Iker Casillas se hace un 'Estopa': "Si la cosa se tuerce, cogemos y nos vamos 'pal' pueblo"

Ha tardado un poco más de lo habitual en este verano tan singular, marcado por la pandemia del coronavirus y también porsu retirada definitiva de la competición profesional, pero lo importante es que Iker Casillas (39) ya ha llegado a su querido pueblo de Navalacruz para demostrar que no está dispuesto a faltar a su cita anual con la localidad de sus abuelos, en la que no ha dejado de vivir inolvidables veranos desde que era un niño.

Además de haber disfrutado ya de los correspondientes reencuentros con sus amigos de toda la vida, entre cafés, desayunos, tapas y cervezas en los bares del municipio abulense, el marido de Sara Carbonero (36) y exportero del Real Madrid y el Oporto también ha tenido tiempo para abrir el baúl de los recuerdos y volver a admirar algunos objetos y escenarios que sin duda definieron su infancia en el pequeño municipio castellano durante la década de los ochenta.

"Mítica 'jet cross' de mis años mozos. Etiqueta si tú también tenías una. #Años ochenta", reza una de las publicaciones que ha compartido en su cuenta de Instagram, en la que aparece su querida bicicleta de cuando solo era un niño. En otras imágenes, Iker ha presentado en sociedad a su radiocassette de la época y, sobre todo, a ese campo de fútbol, pedregoso y bastante hostil para las pieles sensibles, en el que se curtió deportivamente antes de dar el salto a la cantera del Real Madrid.

"Los campos de verdad. Aquí se forjan los jugadores de fútbol. #ladehesa #navalacruz", ha escrito junto a una artística fotografía de su particular estadio. Cuando ponga fin a su estancia en Navalacruz y vuelva a instalarse definitivamente en Madrid tras cinco años de intensa vida en Portugal, Iker tendrá que centrar la mirada en sus nuevos proyectos para el futuro más inmediato, los cuales podrían pasar por un esperado regreso al club de sus amores, ya sea en calidad de directivo o como parte del cuerpo técnico.

Ya sabes, si las cosas se tuercen... ¡Al pueblo!