Hablando de bodas... Ana Guerra ya sabe qué llevará en la suya

Ana Guerra (25) se ha mojado, pero bien, a la hora de preguntarle sobre sus ideas para una futura boda con el amor de su vida. Al parecer la canaria lo tiene más o menos todo atado desde que era pequeñita: el vestido, el lugar, los invitados... Al fin y al cabo será un día muy importante y para recordar, así que no hay tiempo que perder, aunque todavía falte mucho.

La ex-triunfita ha fichado para la marca de costura española 'Pronovias' como embajadora, no va a ser todo cantar, hay que disfrutar también de lo que a una le gusta, en su caso de la moda y ¿por qué no? Hay que ir pensando en el futuro... Así que hablar de vestidos de novia y de bodas le ha parecido una buena idea.

Para la ocasión, la cantante, ha tenido que elegir sus cinco modelos favoritos de la nueva colección 2020 de Pronovias y, aunque todos le parecen bonitos hay uno, el negro, que más que para casarse se imagina llevándolo en algún evento importante como puedan ser los Premios Goya o los Óscar (esto si que es soñar por todo lo alto), tal y como ha explicado durante su paso por el 'photocall'.

Según ha contado, su vestido soñado sería: "De corte corazón (o 'cuore'), que sea muy apretado por arriba y falda de princesa, muy poco minimalista" y pese a que asegura que le gustaría pasar por el altar (literalmente, porque se quiere casar por la iglesia) algún día... No ha dado ninguna pista sobre el 'cuándo'. Lo que sí que tiene claro es que en la boda debería estar, en sus propias palabras: "Rodeada de todos los míos" y cree que la playa sería un buen lugar para la celebración.

Los periodistas presentes en la rueda de prensa han intentado llegar a buen puerto con el tema de su supuesto 'amorío'Miguel Ángel Muñoz (36), con quién la hemos visto en alguna ocasión (además, ya sabes que tienen mucho 'feeling' en las redes sociales y se dan ánimos públicamente el uno al otro en sus proyectos personales), pero Ana ha dado mucha 'Guerra' y no ha soltado prenda, tiempo al tiempo, ya llegará su momento cuando se sientan cómodos como para contarlo.