Blas Cantó cierra Twitter por los ataques de los 'eurofans'

La cuarentena está empezando a pesarle a unos más que a otros y en estos momentos toca ser un poquito más empáticos de lo normal. Te decimos esto porque mientras que están los que no paran de hacer ejercicio, cocinar e inventar actividades con sus hijos, hay otros que están llevándolo peor y les resulta más difícil lidiar con el día a día y un ejemplo de ello es Blas Cantó (28), quien después de los ataques que ha recibido, ha cerrado su cuenta de Twitter.

Te contamos los detalles. El fin de semana pasado se celebró una virtual 'PreParty' en donde 21 de los participantes de 'Eurovisión' iban a cantar su tema. Aunque estaba previsto que escucháramos 'Universo', la canción con la que hubiera defendido a España en el concurso,Blas no apareció y los 'eurofans' se le echaron encima.Él intentó explicarse en un directo que tuvo con Pastora Soler, donde explicaba que tiene problemas para dormir y que lo está pasando bastante mal: “No todo el mundo lo está viviendo igual”, y contaba que había amanecido con “toda la espalda llena de ronchas, y dicen que es ansiedad y estrés”.

Pero esta explicación no fue suficiente para algunos, especialmente después de que compartiera su último trabajo junto a Kelly Clarkson: 'I dare you (Te reto a amar)'. Lo creas o no, muchos han puesto el grito en el cielo y dicen que lo de la ansiedad era solo un pretexto para no cumplir sus compromisos con Eurovisión, algo que ha tocado a Blas y ha tomado la decisión de cerrar su cuenta de Twitter.

"Tildar de excusa un problema que sufren millones de personas en el mundo es de ser muy ruin. Podría haberlo dicho desde el primer momento, pero elegí no hacerlo en ese momento. Gracias a Dios, no representas al fandom eurofan, por el que me siento súper querido. ¡2021 nos espera!". Y 'chin pun' ha abandonado el microblogging, aunque de momento conserva su cuenta en Instagram donde sigue súper activo.

Menos mal que ha habido muchos de sus seguidores que le han demostrado su apoyo incondicional y desde Cuore, nos unimos: ¡ánimo, Blas!