Ana de Armas hace honor a su apellido y la lía con su mascarilla

Quitársela así le puede salir carillo... 

Ana de Armas con mascarilla
Ana de Armas con mascarilla / MoPho

No debería sorprendernos ver a Ana de Armas (31) por la calle pese al confinamiento porque es nuestro pan de cada día. Aunque tomando precauciones, la celeb sale a la calle en Santa Mónica para hacer sus recados y sorprendentemente, esta vez sin Ben Affleck. Cuesta creer que haya sido capaz de salir sola sin el actor y sus perretes porque... ¡Vaya panorama todos los días! Sus paseos juntos empezaban a oler (y no porque sus perris hubieran hecho algo en la calle), sino porque con la situación que hay en medio mundo, quizá no es lo más recomendable salir #toelrrato a la calle. Más aún cuando lo de ponerte la mascarilla lo llevas... Regulero.

Hemos pillado a la actriz, como te decíamos, andando por LA pero lo más sorprendente no es eso, lo que nos ha dejado con el corazón encogido es ver cómo se toca la mascarilla por fuera. ¡NOOOOOO! Ana, así no... Que te puede salir carillo.

Ana de Armas se toca la mascarilla
Ana de Armas se toca la mascarilla / MoPho / GTRES
Un UUPS!! de armas tomar.
Un UUPS!! de armas tomar.

Como ves, Ana es un descuido por colocarse bien la mascarilla enganchándola a la oreja, ha llegado a rozarla un pelín por fuera con sus manos (¡sin guantes!). Nunca jamás te toques la mascarilla una vez que hayas salido a la calle y si lo haces, hazlo con guantes. Cualquier precaución es poca contra el coronavirus.

Claro, después de ver este momento UUPS!! a nuestra cabeza ha venido la imagen de los famosos africanos bailando 'Astronomía'. (Ana, no te enfades, es bromi).

Ana de Armas se quita la mascarilla en la calle
Ana de Armas se quita la mascarilla en la calle / MoPho / GTRES

Aunque la mascarilla de Ana ha acaparado toda la atención, no podemos pasar por alto el colgante que lleva en el cuello: una mitad de corazón. ¿Llevará Ben la otra mitad que le falta? No nos extrañaría y más desde que suenan rumores de que ya están montando el nido...

¡Ana, cuidado, que la armas!

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