Camilo confiesa el recuerdo más especial de su hija: un cuadro con su sangre

Camilo confiesa en el podcast de 'El sentido de la birra' las cosas que guarda de recuerdo: la sangre del primer golpe de Índigo.

Camilo nos deja 'pegaos' con la teoría de que Índigo, su hija, es española

Camilo y sus curiosos recuerdos de su hija, Índigo
Camilo y sus curiosos recuerdos de su hija, Índigo / Gtres

Camilo ha compartido un curiosísimo recuerdo relacionado con su hija, Índigo, en el podcast 'El sentido de la birra', conducido por Ricardo Moya. Ahí, el artista repasaba algunas curiosidades de su vida, su niñez, sus primeros pasos como artista en España y también asuntos más personales, como el tipo de cosas que colecciona, dejándonos asombraditas con lo que guarda de su hija.

El artista colombiano, de gira por España ahora mismo, ha expresado su fascinación por nuestro país desde su niñez, mencionando que la música española fue un referente crucial para él desde temprana edad.

Ha resaltado que "el público de España, una vez te abraza, te abraza como para largo". Además, ha explicado que si le dijeran que va a pasar todos sus veranos tocando en España, sería "feliz". Entre risas y recuerdos, Camilo y Moya hablaban sobre cómo el país ha estado muy presente en su vida: llegó a tocar con El Kanka en Bogotá antes de que su bigote tuviera "tanta dignidad".

En un momento más emotivo, Camilo ha compartido una anécdota sobre su experiencia en 'Factor X', en el que se presentó cantando una canción de flamenco que no pertenecía ni a su cultura ni a su género musical. "Esa canción tiene un historial muy particular", asegura, explicando que la canción fue dedicada por un español a una niña de la que él estaba enamorado en el colegio. Aunque la canción no le fue dedicada directamente, él la hizo suya y la interpretó en televisión nacional, ganándose el mote en la industria de "el niño de las palmitas".

La infancia de Camilo, el pequeño apicultor

Camilo ha relatado en el podcast cómo su infancia estuvo marcada por la apicultura, ya que sus padres eran apicultores. Ha recordado como una constante el tener los pies siempre pegajosos debido a la miel y otras sustancias relacionadas con las abejas. "Mis pies descalzos eran pegotudos, siempre llenos de abejas por todos lados", aseguraba entre risas. También ha compartido la tesis de que las abejas de Colombia son "las más bravas y las que pican más duro".

¿Qué tiene que ver el noble arte de trabajar con abejas con la música? El colombiano explica que este mundo en el que vivía (y unos padres bastante melómanos) le ayudó a desarrollar una sensibilidad hacia lo sutil. Señala que la armonía, la poesía y la palabra pertenecen al "reino de lo sutil".

Hay una faceta muy desconocida para el público general: Camilo ha descrito cómo guarda y colecciona objetos muy personales y significativos, nada de sellos o cosas similares. Ha contado un curioso incidente ocurrido en Japón, donde su hija, Índigo, se golpeó y sangró por primera vez, así que él guardó la camisa manchada de sangre y recortó un trozo que convirtió en un cuadro titulado "la sangre de un inocente": "Y, de repente, mi hija está caminando, pero no camina como con tanta soltura, ¿no? Y, entonces, mi hija, de repente, se tropieza en el piso de tatami, y con una mesa de bambú, se da en la boca. Arranca a sangrar. La primera sangre de mi hija, el primer golpe de mi hija, ¿no? Y yo la agarro, primero me cercioro de que todo esté bien, me doy cuenta que es una heridita superficial, no pasa nada. Cuando veo, tengo la camisa llena de sangre y me causa dos cosas, coño, pobre mi hija, y al segundo digo, qué camisa preciosa." Ha defendido su acción diciendo que, si su padre le regalara un objeto similar de su infancia, sería el mejor regalo que podría recibir.

Camilo también ha añadido que colecciona cosas más sencillas: hojas de lugares especiales donde ha actuado, como una hoja de un árbol fuera del primer concierto que dio en París. Además, guarda "tierra de lugares especiales" y cuerdas de guitarra que ha utilizado en sus actuaciones. Camilo ha admitido que este hábito podría parecerle a otros como cercano al síndrome de Diógenes, pero para él, son piezas que representan su historia personal.

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