La Feria de Albacete le da mil vueltas a la de Santa Mónica (Ea)

Y a su noria ni os cuento.

Carmen Raya con bocadillo feria de Albacete
Carmen Raya con bocadillo feria de Albacete / INSTAGRAM

AdoroLos Ángeles, nos os mentiré. Vivir en este polígono industrial con olor a fritanga plagado de falsas palmeras (no os creáis que son autóctonas) y de camareros aspirantes a actoresfue mi sueño desde que era pequeña. Eso sí, yo lo de "mamá, quiero ser actriz" me lo ahorré, porque a mí el papel que mejor se me da es el de 'influencer' en prácticas. Bueno, ese y el de desmontar falsos mitos de esta ciudad.

Y bueno, ahora que vivo en Santa Mónica (aunque Santa Mónica es una ciudad en sí y no un barrio de Los Ángeles, no diréis que no aprendéis cosas conmigo), creo que es un buen momento para que desmonte el mayor mito de todos: el muelle de Santa Mónica y su correspondiente feria es, como decirlo finalmente, una potato (patata, bilingüismo).

Puede ser, Donald, no te digo yo que no, pero es que si los americanos no habéis visto mundo (y por mundo me refiero a mi adorado Albacete, ciudad que me vio nacer) yo no tengo la culpa de que vuestra feria me parezca de juguete. 'So sorry' (doble bilingüismo).

Mi primer argumento en contra de la feria de Santa Mónica es que, en realidad, no es una feria. Es más bien un mini parque de atracciones llamado Pacific Park. "¿Y qué tiene eso de malo?", os preguntaréis vosotros. Nada, nada. Yo lo digo para que no se os parta el corazón (y el bolsillo para llegar hasta aquí) y os deis cuenta de que hay mejores atracciones en Festilandia, un pequeño y adorable parque de atracciones que está en Benidorm (ciudad donde pasé los veranos más felices de mi infancia).

[Parón publicitario para intentar ganar seguidores metiendo un post mío de Instagram para llegar a 1M de seguidores (me quedan nada y menos) y poder pasar de 'influencer' en prácticas a 'influencer full time job' y dar el adelanto de una mansión en Malibú. Véase que la imagen está ligada al texto anterior al hablar de mi infancia. No doy puntadas sin hilo].

Pero bueno, volvamos a mi querido Albacete. Mientras que la feria de mi ciudad se ubica en tierra firme, la 'feria' de Santa Mónica se la han 'cascado' en pleno muelle. Queridos, la seguridad ante todo y eso, a mí, estable, lo que se dice estable, no me parece. Eso sí, la ventaja de que esté rodeada de arena y agua es que, con suerte, si sales disparado desde alguna atracción (Dios no lo quiera) si aterrizas en agua ese bonus extra de vida que te llevas. Si das en arena... Bueno, mejor no pensarlo.

Mapa de la feria del muelle de Santa Mónica
Mapa de la feria del muelle de Santa Mónica / Pixabay

Pero hablemos del tamaño, amigos. Porque en cuestiones feriales, el tamaño importa y mucho. Un país en el que las camisetas XS son la M en España, luego se vuelven tímidos montando la noria y la montaña rusa de Santa Mónica. ¿Hola? Claro, es que al no estar en tierra firme, lo mismo se les cae el chiringuito.

Por eso, la primera (y última) vez que me subí a su noriapronuncié las mismas palabras que cuando pillaron a Sara Montiel (manchega tenía que ser, por supuesto) saliendo de los juzgados tras haberse casado y cuando fue preguntada por la prensa, para intentar salvar la exclusiva dijo: "¿Pero qué pasa? ¿Pero qué invento es esto?".

Total, que yo que me esperaba ver unas vistas preciosas, ahí no se ve nada de nada. Por el contrario, desde la ENORME noria de la Feria de Albacete (declarada de Interés Turístico Internacional (la feria, no la noria), se ve toda la ciudad y todo el recinto ferial. Cuidado porque son 50 metros de altura y tiene una capacidad de 192 personas. Y os dejo este vídeo para que veáis que yo, al contrario que mi paisana Sara (Montiel), no miento.

Otro punto a favor de la feria de Albacete es su preciosa puerta ferial (llamada Puerta de Hierros) que conecta con el recinto ferial (lo que llamamos los redondeles). Una auténtica maravilla de la que espero poder tener las llaves algún día cuando el ayuntamiento decida nombrarme manchega de honor por ser la primera 'influencer' albaceteña en Los Ángeles (todo llegará). Y es que no me digáis que esto no es bonito. Y el que diga que no MIENTE. (Que no me tira la tierra ni nada, ¿eh?).

Puerta de Hierros de la Feria de Albacete
Puerta de Hierros de la Feria de Albacete / Creative Comomons

¿Y qué tiene la feria de Santa Mónica? Pues a ver, también tiene una especia de entrada, no os voy a engañar. Y sí, os la voy a dejar aquí para que juzguéis vosotros mismos y toméis la decisión de que, sin duda, Albacete es mejor. Pero sin presión, ¿eh?

Bueno, venga, que también es bonito. No os quito la razón. Pero el gran motivo por el que he de reconocer que no me gusta la 'feria' de Santa Mónica es por la comida. Cada vez que pongo un pie en ella echo terriblemente de menos los bocadillos de morcilla, chorizo y guarrillas, el gazpacho manchego, el caldico reparador de las tres de la mañana.... Ains, qué morriña.

Y que sí, que en el muelle de Santa Mónica puedes cenar en Bubba Gump (la cadena de comida inspirada en la película 'Forrest Gump') y hasta puedes comerte una rica hamburguesa en 'Pier Burger', pero nunca se le acercará al sabor y a los recuerdos que me traen las 'Hamburguesas Uranga'. Porque no has disfrutado de la Feria de Albacete en todo su esplendor hasta que no te has comido una, escuchando este mensaje que se te queda grabado en la memoria como si de un tatuaje se tratara.

Aunque al César lo que es del César. En el muelle de Santa Mónica se encuentra la señal del final de la ruta 66 y puedes fantasear con ser Tom Hanks en la película 'Big' pidiéndole a la máquina de Zoltar, el mago, que te convierta en adulto. Y sí, hasta Elsa Pataky ha posado delante de ella.

Sin embargo, yo lo siento mucho, pero nada como montar en el saltamontes, quedar con tus amigos en el 'pincho' por si alguien se pierde e ir a visitar a la Virgen de los Llanos y llevarle unas flores. Ah, por no hablar de que en el muelle de Santa Mónica podrás encontrarte a Arnold Schwarzenegger en bicicleta (va mucho por allí), pero en la feria de Albacete te encontrarás, seguro, a Pedro Piqueras (albaceteño también). NO HAY COLOR.

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