¡Se acabó la pesca!

Creo que se acabó lo que se daba. Después del último saqueo en Cityguay, Alba no me deja quedarme en su pueblo. Fue divertido, pero esta vez sé que ya no me va a dar más oportunidades. Aunque la verdad es que no me importa , en mi tiempo de destierro he aprovechado para convertir el pueblo de la alcaldesa Rocius en el mejor. La cantidad de fruta que he afanado de otros sitios me está haciendo rica.

El verdadero secreto de mi abundancia son los nabos. Se acabó la pesca para mí. Explico: los nabos son una especie de divisa que cotiza y varía su valor según los días en que los vendas y el tiempo que los tengas. Son como la bolsa de Animal Crossing. Los hay blancos, que son corrientes, y los hay rojos, que se pueden plantar y son más caros. Ambos tienen una duración de una semana, cosa que yo no sabía y se me llenó la entrada de mi casa de hormigas.

Juana es la que te los vende, los domingos aparece y te los cambia por 60 o 100 bayas. Es una jabalí muy simpática. Bueno todos hablan sin parar, no tienen fin. Al igual que Tom Nook cuando le voy a vender los nabos. El caso es que me he dedicado a fondo al cultivo y venta y no paro de hacer proyectos municipales. Todas esas petardas de la Comunidad Cuore querrán venir a cotillear. Mi pueblo es la caña.

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