Querrás copiar el look con color especial de Ana Fernández en Sevilla

A lo largo y ancho del mundo es sabido eso de que Sevilla tiene un color especial, y el look que le hemos visto a Ana Fernández (28) en la capital hispalense no lo ha sido menos.

Con motivo de la promo de la tercera temporada de 'Las chicas del cable' en Sevilla, nuestras telefonistas favoritas se han ido al sur de España (el viaje en AVE también lo hemos vivido de cerca) y en pleno corazón de Andalucía hemos visto a Ana Fernández con un modelito que bien podría servirte para tu próximo evento.

Apto tanto para el día como para la noche, el 'outfit' de la actriz madrileña ha despuntado por lo floral. Tratándose de Sevilla, donde los naranjos derraman azahar y los balcones lloran geranios de mil colores, las flores tampoco le podían faltar a nuestra chica del cable. Por eso, Ana ha escogido un vestido con volantes a capas (bien de inspiración flamenca) de la colección 'Pre-fall' de Etro, cuajado de un estampado de flores en tonos naranjas (casualmente, el color medio de Sevilla, según Pantone).

Con el pelo despreocupadamente ondulado y un 'look beauty' de su maquillador y amigo Gabriel Llano (su "hijo adoptivo", según cuenta Ana), donde destacan los labios color frambuesa, Ana Fernández ha sido la más flamenca, meneando sus volantes en la terraza del emblemático hotel Alfonso XIII. Allí, su compañera de reparto Blanca Suárez (toda una fotógrafa "profesioná", en palabras de Ana) ha sabido captar la esencia de su look, recalcando una vez más que "Sevilla tiene un color especial".

La publicación cuenta ya con más de 20 mil 'likes' y es que son muchas las 'followers' que se han enamorado del modelito de la actriz. Es por eso que te hemos buscado un trapito bastante parecido y mucho más asequible, por si tiene eventazo a la vuelta de la esquina. Se trata de un vestido de ASOS DESIGN, con mangas y falda de volantes, y también con estampado floral. Su precio: 56,99 euros, así que no te podrás quejar...

El arte que luego le eches al meneo de volantes ya es otra historia; pero, oye, ¡nadie nace sabiendo!