#Perlaestilaria: me lo quitan de las manos

A la guerra de las rebajas no se va a pecho descubierto.

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Foto rebajas / PeopleImages

Rebajas. Música para nuestros oídos. Ansia viva. Sin embargo, es mi deber como vuestro Pepito Grillo que soy, advertiros de que actuéis con calma y paciencia antes de lanzaros a las calles como cromañones a la caza. Raciocinio. Sentido común. Porque todas esas ganas de encontrar LA PIEZA perfecta pueden tener las consecuencias opuestas a nuestros planes mentales y acabar comprando por comprar con el resultado lógico de la frustración y el autocastigo típico del “no sé comprar”, “me agobian las tiendas”, “no tengo nada que ponerme”, “he perdido mi estilo”. Todo esto podemos evitarlo si hemos hecho una lista meditada frente al armario de lo que queremos encontrar y en qué sitios posiblemente esté disponible. Un plan de ataque. A la guerra no se va a pecho descubierto.

Este podría ser el final del cuento, pero los caminos de las rebajas son inescrutables. Y es probable que de todas las cositas que apuntaste felizmente en tu lista encuentres una… o ninguna. Ahí es en donde se verá tu fortaleza. No sucumbas a la fiebre del consumismo y llenes tu bolsa de camisetas a 5,99€ y el enésimo jersey de punto básico por 12,99€. Nadie niega que son gangas. Pero solo son válidas las gangas que necesitas, que te hacen falta. De lo contrario solo serán bultos a acumular, repeticiones de lo que ya tienes.

Por eso, las rebajas son un buen momento para que hagas incursiones en terrenos nuevos, en tiendas y marcas que normalmente se te escapan un poco de presupuesto. O para encontrar el milagro esperado. O renovar tu armario con prendas de mejor calidad, de las que duran más de una temporada. Pon también el foco en pequeñas marcas de aquí y en sus propuestas. Porque además, todas esas inversiones que hagas se quedarán contigo durante mucho más tiempo. Esas sí que serán unas rebajas bien aprovechadas.

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