Amigui, la operación bikini NO existe

Palabrita de El Estilario. 

Vamos de etapas en etapas. Pasamos del “jinglebells” a San Valentín y para no quedarnos sin tema de conversación empezamos ya a martirizarnos con la Operación Bikini. Que perfectamente podría ser el título de una película de Torrente, porque como tal, la operación bikini no existe. Lo que existe es cuidarse todo el año, comer de manera equilibrada, hacer ejercicio suave de forma regular y dejar los milagros para Pitita Ridruejo. Sentirse bien con una misma: ese es el truco real para que cuando te mires al espejo no te sobre nada de lo que tienes.

Si la operación esa con nombre de sandwich, sirve para que te salte la alarma de “venga, ya es el momento de cuidarme y quererme” entonces bienvenida sea. Que descubras que tienes que salir a andar, a correr, a saltar o a brincar. Que te vas a apuntar a boxeo, ciclo, pilates o patinaje artístico. Lo que sea que te guste y te divierta. Y entonces, querida estilaria, llegará el momento de que yo, tu Pepito Grillo del armario, te diga al oído: con camisetas de publicidad y leggings pelotilleros NO. Con esas zapatillas que lo mismo te llevas al campo que Alcampo NO. A hacer deporte se va también de manera digna. Tampoco es necesario que mutes en una especie de Marujita Díaz Sportwear, con brillos, oros, maquillajes y etc. ni que vayas más conjuntada que la Barbie Atlética. Pero es importante que te sientas guapa haciendo deporte. Todo suma. Puede que los primeros días tengas la coordinación de un pato y poca resistencia, que pidas la extremaunción cada minuto, pero si te ves reflejada en el espejo y te sientes guapa, tendrás más fuerza que Yoda y todos los Jedis juntos. Eso es así, aquí o en Pekín. (Uy, Pekín).

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