Vender fruta para comprar trapitos

Cuando llegué a mi pueblo y vi los árboles llenos de manzanas pensé: ¡Mira que monos! Pero jamás se me habría ocurrido pensar que recolectándolas podría obtener dinero para comprarme trapitos. Así que me he puesto manos a la obra vestida con un impecable traje de jardinera que me he comprado en la tienda de las Hermanas Manitas (no me pueden ver con cualquier prenda vieja en el pueblo). Cada vez que veo un árbol me pongo a agitarlo como una loca, a veces cae fruta, otras monedas e incluso regalos, pero otras... un panal de abejas que siempre me atacan y me dejan la cara fatal.

También me he enterado de que las frutas de los pueblos del resto de miembros de la Comunidad Cuore valen más que mis manzanas autóctonas así que por mucha pereza que me dé viajar, voy a hacer una visita a mis compañeras para que me den alguna cosita que vender. Viajar ligera de equipaje es lo que tiene, cuando llegas y te instalas lo primero que tienes que hacer es renovar tu armario.

Tengo que pensar cómo voy a conseguir que me den sus frutas. Con Alba será fácil, es tan buena persona que suelta las frutas según le das los buenos días, con Rocío será complicado porque siempre está con el hacha en la mano y da un poco de miedito pedirle nada. ¿Y a Ana? Con ella la negociación será complicada porque no se ha hecho rica a base de regalar nada. Igual si le ofrezco uno de mis modelitos exclusivos...

Como yo soy un espíritu libre y creativo las frutas no solo me han servido para obtener bayas y cambiarlas por trapitos, también me han servido de inspiración para mi nueva línea de ropa. ¿Qué Dolce Gabbana ya han utilizado frutas en sus diseños? Maldita sea, eso me pasa por hablar de mis fuentes de inspiración antes de patentar mis creaciones.

Bueno, os dejo que se me escapan las musas y estoy creando.

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