Pablo López vuelve a dar el cante en el metro

Jaleo de Pablos por aquí.

GJB

"Din don din, Metro de Madrid informa que tenemos a un señor que se llama Pablo López y que canta divinamente en la estación de Suanzes esperando a que alguien salga y darle una tarjetita llena de dinero. También está Pablo Motos y la mitad de 'El Hormiguero'. Din don din". Así es como resumiríamos la visita de Pablo López a 'El Hormiguero'.

Vamos, que fue un auténtico show porque el cantante estuvo de lo más divertido y con la lengua tan suelta que ha contado que todavía le confunden por la calle con otros cantantes, hablaba de sus dotes de actor y hasta se lo llevaban a cantar al metro. Noche completita, vaya.

La cosa empezaba suavita y con muchas risas de por medio que acabaron con la confesión de Pablo López de que todavía iba por la calle y le confundían con Melendi o hasta con <strong>Pablo Alborán</strong>su amigo Pablo Alborán, a quien ya que estaba, aprovechó para felicitarle el cumple y decirle lo mucho que le quiere. ¿Se puede ser más mono?

Pero cuando se desataba ya del todo fue cuando Pablo Motos echaba la vista a su reloj y anunciaba que iban bien de hora y que era buena idea irse al metro a echarse un cantecito (el piano que no falte) y anunciaba un "vámonos a la puerta del metro a tocar". ¡Bam! Así, sin anestesia ni nada.

Y esta propuesta hacía que Pablo (López) volviera a confesar que, en sus tiempos mozuelos, tocaba en el metro de Londres y que "ni un duro me echaron". Desde luego... Qué gente. Pero al caso, que al final ni se lo pensaban, un carrito de golf y allí se plantaban.

Eso sí, no así porque sí, sino que había todo un plan para que aquella persona que les diese su abono de transporte, se llevaría una tarjeta con nada más y nada menos que... ¡6000 euros! Y al lío que se ponían los dos Pablos (bueno, en realidad Motos solo estaba allí mirando embelesado).

Atresmedia

Y aunque la cosa se alargó un poquito, al final... La afortunada aparecía por las escaleras del metro y se encontraba todo el tinglado allí montado y tras flipar un poco, daba la tarjeta sin problema y le correspondían con la que iba cargada con el dinerito.

Aunque al principio no se lo creyese mucho e intentase ver dónde estaba la trampa, al final acababa a besos con los Pablos y saludado a toda la gente allí presente.

Vamos, que ya sabemos a qué horas hay que salir del metro, y a ver si a la próxima nos toca a nosotras, ¿no? A ver lo que nos dice Penélope Cruz...

GTRES