tú y yo somos tres

Desde la ingle, al paraíso

FERRAN MONEGAL

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Está causando revuelo en Valencia, incluso indignación, el últimoCallejerosque ha emitido Cuatro. La Generalitat valenciana ha lamentado públicamente que en este programa se haya dado una imagen«estereotipada y sexista de los jóvenes de esta comunidad». Hombre, con todos los respetos a esta institución, es evidente que no ven habitualmenteCallejeros. Si lo vieran, sabrían cómo se las gastan. Como tantas veces, se han dedicado a peinar losdespiporrende las noches locas de distintas ciudades valencianas, enfocando las criaturas más despendoladas y los ambientes de juerga. Pongamos el caso del jovenDuke, de Benidorm, un pollastre de gimnasio y discoteca, exhibicionista y fanfarrón, que decía:«Tengo tres prioridades: copular, cuidarme y pinchar. Llevo más de 700 mujeres a mis espaldas. En Valencia lo que hay que estar es bueno, como yo. La noche promete, y el que promete la mete», y después de esta delicada declaración las cámaras le siguieron hasta un establecimiento de tatuajes. Y allí vimos con detalle que se hizo grabar, en ese tramo en que el muslo se funde con la ingle, frontera con el escroto -conozco bien esa parcela del cuerpo porque justo hace ahora tres años a mi me operaron de una hernia muy puñetera en esa zona- y allí, les decía, se hizo tatuar en caja alta y adornos de tipógrafo la leyenda«Directa al paraíso». ¡Ahh! Es un reclamo publicitario muy inocente. Quien sabe, a lo mejor el mensaje convence a alguna criatura necesitada, o ingenua. O sea, que estamos ante uno de tantosCallejeros, fanfarrón y chulesco, neuronalmente cutre, un estilo similar al deMujeres y hombres y viceversa(T-5) oGandía Shore (MTV). Aquí, lo que quizá ha soliviantado es lo que recitó la presentadora del programa:«Los chicos y chicas de la comunidad valenciana (..) son chavales que viven de cultivar su cuerpo, de disfrutar el momento, y con un objetivo: ¡llegar a ser famosos!». ¡Ah! Esta cafre generalización sobre la juventud es lo que hiere.

BUSTOS .-NegóManel Bustos, una y otra vez, cualquier implicación en la trama de sobornos de Sabadell. O sea, intentaba convencer a su entrevistadorXavi Bosch(Àgora, TV-3) de su inocencia. ¿Lo logró? En un momento dadoBoschle preguntó:«¿Sabe lo que es el síndrome de Lance Armstrong? Es negarlo todo, todo, hasta que no haya más remedio. ¿Padece usted este síndrome?». ¡Ahh! Es evidente: no le convenció.