Gente corriente

Guillem Alemany: «Sé por dónde coger una mamba para no estresarla»

Es el cuidador de los animales expuestos en la muestra 'Enverinats¿, en el Museu Blau. Su pasión son las serpientes.

«Sé por dónde coger una mamba para no estresarla»_MEDIA_1

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MAURICIO BERNAL

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La debilidad que doblega a la gente del común ante un perro o un gato este hombre la siente por los reptiles, y especialmente por las serpientes. Así es él. Dice cosas como: «Ella sabe cómo me muevo yo y yo sé cómo se mueve ella», refiriéndose al vínculo que tiene con una mortal -potencialmente mortal- mamba verde. Les tiene cariño. Estudió Herpetología (la rama de la zoología dedicada a los reptiles y anfibios) y es el cuidador de los animales de la muestra Enverinats, desde diciembre en el Museu Blau (en el Fòrum, una de las cuatro sedes del Museu de Ciències Naturals).

-Esta es la víbora del Gabón. Es tóxica, aunque no demasiado. Lo que pasa es que tiene tal cantidad de veneno que puede matar un elefante. A esta la alimento una vez al mes.

-¿Qué le da?

-Ratas.

-¿Cómo?

-Este es un animal de acecho, de modo que lo que hago es abrir el terrario y pasarle una rata por delante, hasta que la víbora se lanza sobre ella. A las que son cazadoras las alimento de otra manera, las pongo a correr.

-¿Y esta?

-Esta es una víbora sopladora, la serpiente que más gente mata en África. Pero eso sí, avisa: se infla y empieza a soplar muy fuerte, muy, muy fuerte. Por eso se llama así. Y... Venga. Aquí están los elápidos. Mis preferidos.

-¿Elápidos?

-Son serpientes muy venenosas. Dientes fijos en la parte de adelante, veneno neurotóxico... Pero además son unas serpientes muy estilizadas, muy nerviosas, tienen un carácter especial. Me gustan tanto que lo tengo tatuado aquí en el vientre. ¿Lo ve?

-«Elapidae».

-Acabas teniéndoles cariño a estos animales. Parece mentira, porque no es un perro, o un gato, pero vives tantas cosas con ellas…

-¿Y su favorita entre las favoritas?

-La mamba. Tenemos una mamba verde en la exposición. Esta aquí.

-Caray.

-La reina; para mí, el animal más espectacular de todos. Son los mejores bichos, los más inteligentes, te observan, estudian tus rutinas, llegan a conocerte. Se consideran las más difíciles de manejar, por cierto.

-¿Lo son?

-Bueno, es un animal muy largo y muy rápido, que te tiene controlado y sabe dónde morderte. Con ella debes ir con mucha suavidad, pero de hecho son mi especialidad. Sé por dónde cogerla para no estresarla, por ejemplo. Cuando ella me ve sabe cómo actúo, pero yo también, así que sé por dónde puedo abrir el terrario y por dónde no.

-¿Qué es lo más importante que debe hacer un cuidador de reptiles?

-Sobre todo: nunca representar una amenaza. Eso es lo principal.

-¿Realmente establece algún tipo de relación con ellas?

-Claro. Conocen tu olor, tus vibraciones, tu manera de trabajar. Y en el caso de la cobra, o la mamba, la conexión es mayor.

-¿Alguna vez le han mordido?

-Una vez. Pero no aquí, en otro sitio, hace años. Era una colección privada y había una mamba a la que habíamos tratado durante un año y pico, porque estaba mal, enferma, de hecho estuvo a punto de morir. Pero la salvamos. Solo que un día, en un despiste, la serpiente me mordió un dedo.

-Una mamba.

-¿Sabe qué pasó? Que no me inoculó veneno. Y eso, una mordida seca, es algo muy raro, muy, muy raro, sobre todo en elápidos. Yo hasta hoy sigo pensando que me perdonó la vida: 'Tú me salvaste a mí pero has cometido un error, te has pasado de listo, así que yo te muerdo, pero sin veneno'.