«Algunas cosas las congelo para el invierno»

María Jesús Jodar. Barcelona. 71 años.«Hace tiempo que estoy jubilada».Le asignaron hace poco una parcela en el huerto municipal de Can Soler, junto a la carretera de L'Arrabassada, y desde entonces va allí con su marido, a diario -«hay un autobús que nos deja aquí al lado»-,

a mimar los cultivos.«La verdad es que el que viene cada día es él. Yo, unas tres veces por semana. Tengo mis trabajos domésticos».

Cultiva coliflores, coles, plantas aromáticas, tomates, patatas, calabacines. Dice que siempre le ha gustado el campo, y a su marido también, y que cada vez que pueden se van de la ciudad, y entonces mira a su alrededor y señala el huerto, los árboles, la montaña, y con un gesto que lo abarca todo exclama:«Mire qué maravilla».Y luego habla de la comida.«Es otra cosa-dice-.A mi marido no le gustaban las acelgas, ni las coles, ni la cebolla, pero ahora come de todo. ¿Por qué? Porque tiene otro sabor. Más suave. Natural».

Un curso en el casal

Todo empezó hace un par de años, cuando hicieron un curso de agricultura en el casal del barrio.«Había unas parcelas y allí cultivamos durante el curso. Luego nos apuntamos a esto».Ahora su alimentación esta ligada al huerto. Todo el año.«La mayor parte de las cosas las comemos recién cogidas, pero algunas las congelo para el invierno».María trabajaba en una fábrica de punto. Nació en Jaén, pero está desde niña en Catalunya.