El tiovivo catalán

Catalunya vive subida en un tiovivo político. El carrusel da vueltas y más vueltas sobre el mismo eje y los partidos, cual si fueran los caballitos, suben y bajan un poco según las elecciones, pero al final nadie rompe ningún anclaje que obligue a colocar nuevos rieles. En definitiva: la situación tras el 26-J es más o menos la misma tanto en la cuestión soberanista como en la batalla izquierda-derecha que la que depararon las elecciones del 20-D.

LA PUGNA SOBERANISTA

Los partidos contrarios a la independencia y al referéndum (PSC+PPC+Ciutadans) mantienen los 18 diputados, uno más que la suma de ERC y CDC, a los que aventajan en 287.982 votos. Los otros 12 escaños los retiene la coalición que más bandera ha hecho de la consulta, En Comú Podem (ECP).

La coalición morada ha ganado las elecciones en Catalunya, pero ha caído levemente en porcentaje de voto (-0,2 puntos en el global aunque ha crecido en Girona, Lleida y Tarragona). Los soberanistas, en cambio, suben un punto porcentual (hasta el 32,09%) impulsados por el crecimiento del referente independentista, ERC, que supera a CDC en las cuatro provincias y queda primera en Girona y Lleida.

En el flanco opuesto, socialistas, populares y ‘naranjas’ suben también medio punto (hasta el 40,41%) gracias sobre todo a la mayor presencia de papeletas azules y, en menor medida, a un repunte del PSC, lo que mitiga el desplome de Ciutadans. El partido de Miquel Iceta se recupera en porcentaje de voto (+0,43 puntos) pese a perder 32.241 sufragios y el cuarto escaño leridano en favor del PPC, que crece 2,24 puntos ajeno a cualquier castigo por el 'Fernándezgate'. Los conservadores han aprovechado el batacazo de Ciutadans para salir de la última posición en el global catalán y han avanzado a CDC en la demarcación de Barcelona. Los nacionalistas se consuelan con que escalan una posición en el total a costa del PSC. Tras el 26-J, los tres partidos con más escaños (ECP, ERC y CDC) son partidarios del referéndum.

LA ABSTENCIÓN

Solo Melilla, Ceuta, Baleares y Canarias han registrado una caída de la participación mayor que la de Catalunya, donde se ha pasado del 70,98% el 20-D al 65,61% el 26-J (sin contar el voto expatriado). Sin embargo, no todos han sufrido el aumento de la abstención. El PPC, quién sabe hasta qué punto beneficiado por votos huérfanos de Unió (65.000 papeletas), ha sido la fuerza que más ha subido, 44.268 sufragios más respecto de hace seis meses. El otro que también ha incrementado los apoyos ha sido ERC, que ha crecido en 27.512 escrutinios.

Tanto populares como republicanos han aumentado las simpatías en las cuatro provincias. En la cruz de la moneda, y aunque no se pueda hacer una correlación directa con la abstención, pues también influye el trasvase de voto, Ciutadans se ha dejado 112.427 papeletas; CDC, 85.414; ECP, 81.354 y el PSC, 32.241.

IZQUIERDA VS DERECHA

Ni la caída de Convergència ni el batacazo de Ciutadans son suficientes para rebatir la tesis de que un aumento de la abstención perjudica menos a la derecha. Pese al aumento del PPC, los partidos de ese flanco ideológico han perdido 153.573 papeletas, mientras que la izquierda se ha dejado por el camino 86.083. No obstante, la derecha ha subido un escaño, el que los populares han birlado al PSC en Lleida, y además ha colocado a uno de sus integrantes en el tercer lugar del podio global al adelantar los convergentes a los socialistas.

Como en las otras partes del tiovivo político, algo se ha movido un poco, pero las fuerzas progresistas (ECP, ERC y PSC) siguen arrasando. Han logrado 712.932 apoyos más que la derecha, el 58,8% de los votos y 28 de los 47 escaños que giran en el carrusel electoral catalán.