entrevista con el PRESIDENTE DE ESQUERRA REPUBLICANA DE CATALUNYA

Joan Puigcercós: «ERC ha entrado en una situación de bloqueo. No quería ser un obstáculo»

Joan Puigcercós, ayer después de la entrevista frente a Les Quatre Columnes del arquitecto Josep Puig i Cadafalch, recientemente recuperadas junto a la Font Màgica de Montjuïc.

Joan Puigcercós, ayer después de la entrevista frente a Les Quatre Columnes del arquitecto Josep Puig i Cadafalch, recientemente recuperadas junto a la Font Màgica de Montjuïc.

JOSE RICO
BARCELONA

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A Joan Puigcercós le gusta decir que es mejor dar un paso atrás para poder dar dos pasos adelante. Es lo que ha hecho con su renuncia a la reelección como líder de ERC. Avalado por la militancia, reflexiona sobre las razones de su gesto y el futuro que desea para el partido.

-¿Cuándo tomó la decisión?

-Hacía más de una semana, pero creí que debía comunicarlo al consejo nacional antes de anunciarlo. No es que fuera una decisión inapelable, pero sí muy madura porque ERC necesita cerrar una etapa.

-¿Las federaciones territoriales le pidieron que diera ese paso?

-Escuché a mucha gente, pero no tuve la sensación de que quisieran que me fuera. Creo que el partido ha entrado en una situación de bloqueo y lo más inteligente era ceder el mando. Muchos electores creen que debemos mejorar la cultura interna, así que yo pongo la primera piedra.

-Ante ese bloqueo, ¿no se veía con fuerzas para cohesionar el partido?

-Tengo muchas ganas de trabajar por ERC, pero hay formas y formas de seguir trabajando. Era el momento de rebajar la tensión y dar un paso adelante, con generosidad, para que el partido siga sumando. El líder siempre debe dar el primer paso.

-¿Temía un voto de castigo a su persona en el consejo nacional y en las municipales si decidía continuar después del descalabro del 28-N?

-En las municipales, sí. Mucha gente podía castigarnos otra vez si no veía soluciones. También en eso creo que ayudo al partido. En cuanto al consejo nacional, no buscaba una victoria cuantitativa, sino cualitativa. Hemos logrado un punto de inflexión en la militancia.

-ERC parecía más cohesionada que en el 2008. Los críticos se habían ido y el sector de Carod está muy desactivado. Sin embargo, usted se va para favorecer la unidad. ¿Asume que no ha logrado su objetivo?

-Evidentemente, no lo he conseguido. He hecho todo el esfuerzo, pero no ha sido suficiente. Asumo mi responsabilidad y no buscaré excusas. No quería ser un obstáculo y dar la impresión de que pretendía resistir a cualquier precio. Si me quedaba, ERC no podía sumar lo suficiente.

-¿Le ha perjudicado más la dinámica interna de ERC o el tripartito?

-Todo influye. Una parte de nuestro electorado no ha compartido algunas decisiones sobre el Govern. Pero no me arrepiento de haber sido candidato. Hubo quien me aconsejó que no me presentara y dejase que otro se quemara. Yo no soy así.

-¿ERC se tiene que refundar, regenerar, redefinir, reorientar…?

-Hay que renovar ideas, equipos, métodos y maneras de funcionar. El modelo de ERC se pensó en 1996 y hay que ponerlo al día. El partido tiene que ser más abierto, hacer primarias, profundizar en el sufragio universal, que los no militantes pueden canalizar sus opiniones…

-¿El sistema de organización asamblearia está en cuestión?

-No, pero debemos ser inteligentes y asumir que por encima del asambleísmo está el sufragio universal. Además de elegir al presidente y el secretario general, los programas electorales o de gobierno deberían ser votados por la militancia, como los candidatos a las elecciones.

-¿Qué perfil debería tener la nueva cúpula de ERC?

-No creo en el debate de la edad porque la actual dirección es joven, pero la nueva cúpula debería ser una fotocopia del país.

-Teniendo en cuenta algunos precedentes, ¿podrá contener las ansias personalistas de aquellos que quieran postularse antes de tiempo?

-No sé quién será el nuevo líder, pero sí sé quién no será: aquel que ahora se distraiga de las municipales. La gente no le perdonará. ERC es una fuerza muy municipalista y la mayoría no permitirá que alguien con ganas de desviar la atención haga perder el tiempo en debates que no tocan. Confío en que haya sentido común por parte de todos.

-Dice que el futuro de ERC pasa por el mundo municipal. ¿Piensa solo en las elecciones de mayo o también en el congreso de octubre?

-La voz de los alcaldes y concejales debe pesar más en el partido porque son los que viven la realidad del día a día. La suma del éxito es ambición nacional y realismo a pie de calle. Por ejemplo, he consultado con muchos cargos locales para preparar mi discurso en el debate de investidura que empieza hoy. Quiero que se sientan acompañados.

-Con el debate de hoy se abre una legislatura en la que ERC corre el peligro de quedar atrapada entre la ambigüedad efectiva de CiU y la presión del independentismo exprés.

-Entre la ambigüedad y el independentismo más puro hay mucho campo para correr. Si se plantea una declaración unilateral de independencia, votaré sí, pero al mismo tiempo preguntaré cómo recuperaremos la confianza de muchos docentes que ahora se sienten solos. O del sector agrario. Seremos responsables. A Artur Mas le haré una propuesta: si hay un compromiso de no retroceder en política social, nos tendrá a su lado. A CiU le toca sacarse la máscara del teatro electoral y asumir que hay cosas que se han hecho bien. Tiene que dejar de ser sectaria.

-¿No descarta, por tanto, abstenerse en la segunda votación?

-No lo descarto por cortesía democrática, pero lo visto hasta ahora está muy alejado de ERC. En la Mesa, CiU ha basculado hacia el PP y el PSC. Y Mas ha vuelto a la época de Jordi Pujol, que confundía el partido con el Govern, al situar a [Josep Antoni] Duran Lleida como representante de la Generalitat en Madrid.

-Mano tendida a CiU tras gobernar con la izquierda. ¿El futuro de ERC es ser un partido bisagra?

-Si fuéramos un partido bisagra, votaríamos a la investidura de Mas y reclamaríamos prebendas. Lo que sucede es que la gente reclama responsabilidad ante una situación económica difícil.

-¿Cómo será la relación parlamentaria con Solidaritat Catalana?

-Si estamos de acuerdo con lo que proponga, lo apoyaremos. Si no, lo rechazaremos. Pero creo que acabarán viniendo a nuestras tesis.

-¿Está abocada ERC a entenderse con Laporta en Barcelona?

-No despreciamos a nadie y, en este caso, la suma nos haría fuertes. Pero el mundo no se acaba en Solidaritat. En Badalona hemos pactado con un colectivo de ciudadanos de varios sectores sociales. Es una experiencia que trataré de exportar porque ese es el esfuerzo de apertura que debe hacer ERC.

-Le decía Barcelona porque Jordi Portabella parece algo desesperado por el pacto con Solidaritat.

-Portabella quiere que el independentismo y ERC tengan el máximo peso en un ayuntamiento en el que todo está muy abierto. No podemos dispersar esfuerzos, aunque quien tiene la representación asegurada es Esquerra.

-Cederá el timón muy joven, con 45 años. ¿Qué hará después?

-Seré una pieza más que estará a las órdenes de la nueva dirección. La política se puede hacer desde muchos ámbitos.