Los pactos de Rajoy, Sánchez, Iglesias y Rivera

España contiene la respiración a la espera de los pactos políticos. Mientras, el CIS esta semana ya advierte que, si no los hay ahora, igual o más difícil lo tendrán los partidos después de unas nuevas elecciones. Ante un nuevo escenario electoral, el barómetro del mes de enero sitúa al PP de nuevo como fuerza más votada pero sin mayoría, seguida ahora de Podemos, PSOE y Ciudadanos. Fragmentación de nuevo y sorpasso del partido de Pablo Iglesias a los socialistas. La aritmética, la estrategia y la táctica electoral marcan los movimientos de los líderes políticos. Todos piensan sus pasos en función de si se repiten los comicios o cómo quedarán de desgastados si pactan en una legislatura que todos prevén corta. Así, el corto plazo y las presiones internas marcan la negociación, no hay gafas de ver lejos. 

Pero los lentes del corto plazo fallan en lo esencial. El nuevo presidente que habite en la Moncloa, tanto si es Mariano Rajoy o Pedro Sánchez, deberá aplicar un tijeretazo de 8.600 millones de euros este año (sí, este año, 2016) porque España incumplirá el déficit del 2015, el 2016 y el 2017 déficit . Bruselas ya ha avisado que hay que rehacer los presupuestos, que no son creíbles. Y contentar a Bruselas debería ser compatible con solventar el principal problema que arrastra España: una tasa de paro que no baja del 20% de la población activa. 

Los españoles se merecerían saber las posiciones de los negociadores de los pactos sobre temas trascendentes en su día a día. El primero: cómo se van a recortar los 8.600 millones de euros que exige Bruselas. ¿Se van a subir impuestos, se va recortar todavía más gasto social, se va a confiar en que por arte de magia España acabe creciendo más de lo previsto por la Comisión Europea y el FMI o se le va a decir a Bruselas lo que ya hizo en su día sin éxito Syriza? 

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Pero hay muchos más interrogantes. El primero y más acuciante: qué se va a pactar en el mercado laboral, si se va a derogar la reforma laboral y qué otras medidas se van a implementar para reactivar el empleo. Apenas 1,3 millones de los casi 4,8 millones de parados con que acabó el año perciben algún tipo de ayuda del Ministerio de Empleo. Todavía hay casi 3,5 millones de desempleados sin prestaciones o subsidios, el 72% del total, según la Encuesta de Población Activa (EPA) del último trimestre del 2015EPA. 

Y en cuanto al conflicto catalán, las líneas rojas un día están más marcadas y al día siguiente se difuminan. Los españoles se expresaron en las urnas el 20-D. Los políticos deben trabajar ahora sobre programas de Gobierno concretos. Y de eso estamos viendo poco o nada.