Grecia se adentra en la incertidumbre de un adelanto electoral

Antonis Samaras, a la derecha, junto al ministro de Cultura y Deportes, Konstantinos Tasulas

Antonis Samaras, a la derecha, junto al ministro de Cultura y Deportes, Konstantinos Tasulas

AGENCIAS/ATENAS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Grecia se adentró ayer en la incertidumbre de unas elecciones anticipadas en las que el bloque izquierdista Syriza, cuyo programa electoral despierta importantes recelos en la UE, parte como favorito. El Parlamento de Atenas fracasó ayer, en primera votación, en aprobar el candidato a presidente de la República propuesto por el Gobierno. De los 200 votos afirmativos requeridos para que la propuesta saliera adelante, el nombre de Stavros Dimas tan solo consiguió 155 votos afirmativos. Si las próximas dos votaciones, previstas para el 23 y el 29 de diciembre, resultan infructuosas, el Ejecutivo deberá convocar unos comicios generales de resultado incierto.

El primer ministro conservador, Antonis Samarás, jugó con el voto del miedo para intentar sacar adelante la elección del jefe del Estado. Un voto contra Dimas abriría la puerta a «una aventura política que podría ser fatal para la evolución europea del país», dramatizó Samarás ante la Cámara. «Estoy convencido de que los diputados no quieren que el país entre en una nueva aventura», afirmó.

VOTO DEL MIEDO

 Alexis Tsipras, líder del partido Syriza, contestó a Samarás calificándole de «primer ministro del caos», capaz de «poner en marcha una fuga de capitales» para azuzar el miedo de los electores. «La estrategia del miedo ha fracasado. La democracia no puede ser chantajeada. Pronto el pueblo será protagonista y traerá la solución», afirmó Tsipras

Por su parte, el viceprimer ministro, Evangelos Vénizelos, jefe de filas de los socialistas PASOK, miembros de la coalición gubernamental liderada por Nueva Democracia, llamó al «consenso de los diputados del campo demócrata». «Unas elecciones generales serían negativas para los intereses griegos», dijo en su intervención.

A la sesión asistieron 295 parlamentarios, de los que 135 votaron con la palabra presente, pues la votación nominal solo permitía pronunciar el nombre del candidato, en señal de respaldo, o confirmar la presencia del diputado.

La coalición de Gobierno cuenta con una mayoría de 155 diputados que votarán en favor del candidato gubernamental. En la tercera votación, la mayoría cualificada necesaria para elegir presidente se reduce al voto afirmativo de 180 diputados, lo que haría necesaria que algunos opositores o independientes dieran su visto bueno al candidato gubernamental.

En una declaración en la página de internet Crash, Dimas, exministro conservador y comisario europeo, dijo esperar de los diputados que pongan «el interés nacional por delante de los intereses partidistas». Por su parte, la bolsa de Atenas no pareció inquietarse demasiado por el fracaso de la primera tentativa de elegir al jefe del Estado. Su índice general registró la actividad más dinámica de todas las bolsas europeas, con una subida de un 3,33%, lo que contrasta con la morosidad de otras plazas europeas constatada durante la jornada.

CRISIS DEL 2012 Y DEL 2013

Pese a que la incertidumbre política hace recordar a los griegos y a sus socios europeos la situación de los años 2011 y 2012 -años en los que golpeó con mayor fuerza la crisis de la deuda griega- «la situación presupuestaria de Grecia no tiene nada que ver a la del 2012», reveló Thibaut Mercier, analista económico de BNP Paribas. El país ha previsto una tasa de crecimiento económico del 2,9% en el 2015 y un déficit público del 0,2% del PIB en contraste con el 15% de hace cinco años. Además, a diferencia de hace dos y tres años, «el canal de contagio al resto de la zona euro es por el momento muy reducido», constató el analista.

Un grupo de analistas de Berenger, en cambio, resumió así el dilema: «Si Grecia supera la incertidumbre política actual y se mantiene sobre la vía de las reformas, su recuperación podría tomar nuevo aliento; pero si Grecia invierte el curso de las reformas, ello podría conducir a un precipicio». Los dos programas de la UE y del FMI, han supuesto un desembolso de 240.000 millones de euros a cambio de un ambicioso catálogo de reformas económicas y un programa de extrema austeridad presupuestaria rechazado por Syriza. Su aplicación ha provocado una importante fractura social en el país, con una tasa de paro similar a la española.