Protestas contra los recortes en Europa

Medio millón de estudiantes paralizan las ciudades de Italia

El Congreso aprueba la reforma de la ley universitaria pese a las protestas

Estudiantes italianos con bengalas de humo de colores, ayer durante la manifestación en el centro de Roma.

Estudiantes italianos con bengalas de humo de colores, ayer durante la manifestación en el centro de Roma.

ROSSEND DOMÈNECH / Roma

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Medio millón de estudiantes paralizaron ayer las principales ciudades de Italia en protesta contra una reforma de la universidad que el Congreso aprobó por la noche. «Nos bloquean el futuro y nosotros bloquearemos las ciudades», habían prometido. En Roma llenaron las callejuelas del centro histórico intentando llegar hasta el Congreso, cuyo acceso estaba bloqueado por la policía. Allí lanzaron huevos y botellas contra los agentes. En Palermo tomaron la catedral, en Nápoles lanzaron bolsas de basura en la puerta del Gobierno regional, en Bari ocuparon el teatro principal de la ciudad, en Milán el metro y una estación de tren, en Génova la autopista y así en otras capitales de provincia.

La reforma de los conservadores para los 95 ateneos y las 320 sucursales apunta a reducir las 5.500 distintas licenciaturas (contra las 2.500 de promedio en Europa) y las 170.000 asignaturas (contra 90.000). Intenta disminuir el poder de los rectores, reducir drásticamente las becas para investigadores (el punto más contestado por les estudiantes) y eliminar 130.000 puestos de trabajo.

FINANCIACIÓN ESTATAL / En el 2007-2008 la financiación estatal a las universidades fue de 7.000 millones al año, que para el 2011 habían sido reducidos a 1.000 millones, y subidos de nuevo a 7.000 millones tras las primeras protestas.

Profesores y alumnos discuten el sentido global de la reforma, que reduce los gastos y abre a la entrada de particulares en la gestión universitaria. Niegan también que introduzca mejores criterios de profesionalidad, porque no han sido cambiados los actuales e inoperantes organismos de evaluación.

También se oponen a que por cada 10 nuevas plazas solo dos sean reservadas a investigadores internos y que se intente eliminar los rectorados con la mera transformación de las oposiciones locales en nacionales.

«Los buenos alumnos están en casa trabajando y no en la calle», les respondió Silvio Berlusconi.