INVESTIGACIÓN DE UN CASO DE CORRUPCIÓN

Cuatro urbanos cobraban 3.800 euros al mes de prostíbulos

Night Beach, uno de los clubs investigados.

Night Beach, uno de los clubs investigados.

EL PERIÓDICO
BARCELONA

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Los guardias urbanos de Barcelona detenidos por su implicación en una red de blanqueo de dinero procedente de la prostitución cobraban 3.800 euros mensuales y servicios sexuales como regalo, a cambio de avisar a los propietarios de los burdeles cuando iba a haber alguna inspección, informa Efe. Los Mossos destacan en varios informes policiales incluidos en el proceso judicial la existencia de un grupo de cuatro agentes de la policía local de Barcelona, apodados Pepitos, que colaboraban con los propietarios de los locales de «facilitando información de carácter policial y de acceso restringido».

Los cuatro agentes de la Guardia Urbana fueron detenidos a finales del mes pasado, en el marco de una investigación contra una organización dedicada al blanqueo de capitales procedente de la prostitución en la que fueron arrestadas en total 25 personas, entre ellas los empresarios Juan Balsells y su socio Carlos Caballero, que controlaban los locales de ocio de Barcelona considerados epicentro de la red. Por orden judicial, se intervinieron los teléfonos de los empresarios, que, entre otros, controlaban el Teatro Principal de Las Ramblas de Barcelona y burdeles como el Night Beach, en la calle Valencia, y El Fuego.

SERVICIOS SEXUALES / De esa forma, se constató que cuatro agentes facilitaban información policial a Carlos Caballero, quien hacia mediados de cada mes «les pagaba comidas, bebidas y servicios sexuales», además de entregarles un sobre con dinero en metálico, sostienen los Mossos. Fuentes cercanas a Caballero lo niegan.

Esa información facilitada a  Caballero «les permitía estar preparados ante cualquier inspección o actuación policial y/o administrativa en relación al funcionamiento de sus locales y en especial de los clubes», prosigue el informe policial. «De esa manera, la organización evitaba cualquier sanción económica y/o la clausura o precinto de sus actividades, así como cualquier acto contrario a los intereses de la organización», lo que según los Mossos permitía a los clubes «funcionar de forma segura, garantizando las ganancias económicas generadas de la explotación de esos negocios».

Para la policía, la remuneración en metálico recibida por los agentes «es equiparable a considerar que los cuatro agentes estarían en la nómina de la propia organización, de la que además recibirían tratos de favor e invitaciones». De hecho, el día en que fueron detenidos, uno de los agentes llevaba un sobre de Pacha Sitges (empresa vinculada a Caballero) con la inscripción «pepis» en bolígrafo y 1.000 euros en su interior, sin que el arrestado diera «una explicación coherente» sobre el mismo, según mantiene la juez en un auto.

El intendente Antoni V., jefe de Investigación Criminal de los Mossos, envió una carta a la juez que investiga una red de prostitución en Barcelona para avisarla de que había compartido cenas y partidos de fútbol con un empresarios detenido.