Sexo en pandemia

Las restricciones del covid disparan las ventas en los sex shops

Las cuarentenas multiplican la compra de juguetes eróticos y el consumo de porno

sex shop

sex shop / Ricard Cugat

Juan Fernández

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Es improbable que el método acabe siendo admitido por las autoridades sanitarias para detectar olas de covid, pero lo cierto es que los sex shops han funcionado durante la pandemia como un termómetro infalible para seguir la evolución de los contagios. “No fallaba: en cuanto había noticias de brotes y confinamientos, se disparaban las ventas”, revela Imma Sust, portavoz de la cadena de juguetes eróticos Amantis, que tiene 11 establecimientos en Madrid, Barcelona, Valencia y Logroño y un punto de venta online. No hace falta cursar marketing para dar por buena la explicación que ofrece el sector a este fenómeno: “Ante la perspectiva de tener que guardar cuarentena durante semanas, mucha gente prefería contar con recursos para disfrutar del sexo en casa. Los propios clientes nos lo reconocían”, aclara esta comercial.

La pandemia le ha sentado de maravilla a la industria de la juguetería erótica: las tiendas de utensilios para el placer íntimo y solitario han vendido más artículos que nunca y las fábricas de este tipo de artículos han tenido a veces auténticas dificultades para dar abasto a tanta demanda, como confirman en Diversual, firma alicantina dedicada a diseñar y producir accesorios sexuales que distribuye a través de los sex-shops y de su página web. “Cuando se declaró el primer estado de alarma hubo un parón de dos semanas. Las tiendas estaban cerradas y había pánico a recibir paquetes en casa. Pero en seguida empezaron a hacernos pedidos y desde entonces no hemos parado”, asegura Ana Escudero, portavoz de la compañía.

Webs de porno

Nadie sabe cómo serán las próximas pandemias, cuando las haya. De momento, la del covid-19 ha estado marcada, a escala doméstica, por la eclosión de las experiencias virtuales y el boom de las pantallas. Si las aplicaciones de videollamada y las plataformas de series y películas han hecho su agosto en 2020 y lo que va de 2021, no les ha ido peor a las webs de porno, que han visto crecer sus visitas al ritmo de las oleadas de contagios.

Un estudio publicado en la prestigiosa revista científica 'Nature' mostraba gráficamente, a partir de los datos de Google Trends, cómo las búsquedas de las páginas más conocidas de contenidos para adultos se fueron disparando en la primera ola de la pandemia según se declaraban los confinamientos en los distintos países. Como si mirar pornografía fuera un síntoma más de la presencia del virus.

"Con tanto tempo libre en casa, muchas personas se han atrevido a experimentar con sus cuerpos como no lo habían hecho antes”, explica Imma Sust, de la tienda erótica Amantis

Han sido meses de mucha soledad, pero para hacerla más llevadera ya estaba la ingeniería erótica. Con apreciable éxito, como prueba el aumento de ventas experimentado por ciertos artilugios. “Junto a los succionadores de clítoris, que ya eran muy populares antes del covid, nuestro producto estrella de la temporada han sido los aparatos que se activan a distancia. De este modo, las parejas que estaban separadas podían jugar a procurarse placer mutuamente como si estuvieran juntas”, explica Escudero.

Más sorpresas en el sector achacables a la pandemia: “Jamás habíamos vendido tantos juguetes anales como en el último año y medio”, revela Imma Sust, quien achaca este éxito comercial a un efecto colateral positivo de los confinamientos: “Con tanta cuarentena, en el último año y medio hemos tenido más tiempo libre en casa que nunca y muchas personas se han atrevido a experimentar con sus cuerpos como no lo habían hecho antes”.

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