En respuesta a Anna Fenoy ('Gatos sacrificados', 14 de mayo): en Barcelona no se practica el sacrificio de animales desde el 2002, con la única excepción de los casos en que la eutanasia es obligada por motivos médicos y de comportamiento. En cuanto a la actuación realizada en el Poble-sec a la que se refiere, se actuó a requerimiento de los Mossos con el apoyo de la Guardia Urbana y los bomberos, al tratarse de un domicilio en condiciones higiénicas y de salubridad muy malas donde había muerto una persona que convivía con un gran número de gatos, ninguno de ellos debidamente identificado. Se accedió al edificio en cuatro días diferentes, cada vez que se tuvo constancia de la presencia de algún gato, y estos quedaron bajo la responsabilidad de la administración, como prevé la ley de protección de los animales. Se rescataron 23 gatos y uno que ya estaba muerto. Un total de 13 fueron sacrificados siguiendo los protocolos de la Agència de Salut Pública, y bajo las recomendaciones de los veterinarios. Los 10 restantes han sido acogidos por una entidad colaboradora y esperamos que pronto encuentren una familia adoptante.
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