Dicen que los trabajadores de Catalunya Ràdio somos unos privilegiados. Y lo somos, porque nuestro trabajo nos gusta y lo hacemos en la emisora pública del país. Pero quienes lo dicen se refieren a otra cosa. Nuestros privilegios, afirman, son sueldos estratosféricos, más vacaciones que nadie, venir a calentar la silla... Argumentan que por nuestra culpa la empresa es insostenible. Mientras, hemos de aguantar que el director de TV-3 cobre más que el presidente de la Generalitat, que el director de Catalunya Ràdio cobre como un 'conseller' y que se sigan creando despachos para gente que no se sabe qué hace pero mantiene el sueldo de siempre. Somos conscientes de las consecuencias de la crisis. Es nuestro trabajo saberlo y hablar de ello. Pero muy distinto es usar la crisis como excusa para empobrecernos a todos, como trabajadores y como radio de servicio público. Ya hemos perdido un 30% de capacidad adquisitiva y 260 compañeros de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals han sido despedidos. ¿No basta? ¿En qué cajón escondieron nuestras alternativas para reducir el déficit? ¿Por qué no se eliminan pluses por tareas que ya no existen, y los cargos duplicados y creados a medida para antiguos directivos? ¿Por qué nadie se hace responsable de 30 años de mala gestión? ¿Por qué ningún partido político ha hecho nada? En la radio somos 400 trabajadores, sí. Repartidos por toda Catalunya y el mundo. Llenamos la antena de cuatro emisoras: Catalunya Ràdio, Catalunya Informació, Catalunya Música i ICat.cat, 24 horas al dia, los 365 días del año. Y esos 'privilegiados' seguiremos defendiendo una radio pública que consideramos más necesaria que nunca.
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