En respuesta al artículo de Pere Puigdomenech sobre la regulación de las terapias alternativas me gustaría plantear algunas cuestiones:
Efectivamente las terapias alternativas no deben plantearse como una alternativa a la medicina convencional sino como sistemas médicos complementarios que pueden mejorar, o no, algunos problemas de salud sin aumentar los efectos iatrogénicos medicamentosos.Las terapias mal llamadas alternativas son un conjunto heterogéneo muy amplio y con bases muy distintas que debemos abordar de forma individual estudiando sus efectos positivos, sus evidencias científicas , sus posibles contraindicaciones y sus efectos secundarios. Este estudio profundo, que no llegó a hacerse en el intento de regularización por parte de la Generalitat , es lo que debe llevar a la Administración a decidir con acierto cuáles de ellas pueden o no regularse y quién debe aplicarlas con seguridad .
Estoy en total desacuerdo con la afirmación de que no hay ninguna prueba de que estas prácticas tengan base objetiva científica de utilidad, al ponerlas todas en el mismo saco. Pertenezco a la Sección de Médicos Acupuntores del Colegio de Médicos de Barcelona , sección que desde hace unos 30 años reúne a más de 300 profesionales médicos en acupuntura y que ha trabajado para demostrar y difundir sus bases científicas y su solidez clínica en ciertas patologías . Hoy podemos afirmar, con bases científicas sólidas, que la Acupuntura es útil en el tratamiento de las náuseas y vómitos postoperatorios, en la cefalea y en la migraña, el dolor cervical y lumbar, los dolores por artrosis de rodilla y también en los de hombro .Un estudio metanalítico del 2012 del doctor Vickers en ‘Archives of Internal Medicine’ demostró que la acupuntura tiene una acción muy positiva en el dolor crónico y lo recomienda para este tipo de patologías. También ha demostrado su eficacia para tratar la sequedad de boca después de la radioterapia, la mala posición fetal y la vejiga hiperactiva.
Solo hay un tipo de medicina, la que sirve para solucionar los problemas de salud. La acupuntura está demostrando su acción y utilidad en algunos de estos problemas y lo va a seguir haciendo porque miles de investigadores en todo el mundo están trabajando en ello. La acupuntura no es una terapia alternativa sino una terapia sanitaria, útil, con grandes beneficios y pocos o ningún efecto adverso cuando se usa en manos profesionales sanitario y en coordinación con la medicina convencional. Debemos seguir avanzando en sus estudios científicos cómo lo debemos hacer con cualquier otra técnica médica. Obviar la amplia evidencia de la que hoy ya disponemos en cuanto a los beneficios de la acupuntura de forma apresurada y superficial no es exactamente, según mi criterio , trabajar por la aplicación en la salud de la investigación científica
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