Intentona golpista de Tejero
A pesar de las 13 horas de incertidumbre tras la irrupción de Antonio Tejero en el Congreso con un grupo armado, el intento de golpe de Estado del 23-F, visualizado en la imagen del teniente coronel de la Guardia Civil, acabó siendo una vacuna contra el ruido de sables que acompañó la transición. La detención y posterior condena de Tejero, del general Jaime Milans del Bosch y del resto de sublevados resultaría balsámica para la salud democrática.