El final del imperio de la abeja
Rumasa, el mayor grupo empresarial español, fue expropiado vía decreto ley por el Gobierno socialista, con Miguel Boyer al frente de Economía. La decisión contra el imperio de José María Ruiz-Mateos se tomaba por «interés social», para «garantizar los depósitos en los bancos, los puestos de trabajo y los derechos patrimoniales» de terceros, que consideraba gravemente amenazados. El culebrón duró años y la polémica en torno a los Ruiz-Mateos aún sigue.